miércoles, 12 de noviembre de 2014

La tía Helen




T. S. Eliot


La señorita Helen Slingsby era mi tía solterona,
y vivía en una casita cercana a un centro comercial
cuidada por sirvientes en cantidades de a cuatro.
Ahora que ella ha muerto hay silencio en el cielo
y silencio al final de su calle.
Se bajaron las persianas y el sepulturero se lavó los pies—
comprobó que eventos como ese ya habían ocurrido.
Los perros fueron atendidos generosamente,
pero poco después el loro murió también.
El reloj de Dresde siguió su curso encima de la chimenea,
y el mayordomo se sentó en la mesa de comer
con la segunda mucama en sus rodillas—
Tan respetuosa ella mientras vivió su dueña.




Traducción de  Pablo De Cuba Soria




Tomado de SOLO CANTABLE

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