Jack Spicer
I
La radio que me habló de la muerte de Billy el Niño.
(Y el día, bochornoso día de verano, con pájaros en el cielo).
I
La radio que me habló de la muerte de Billy el Niño.
(Y el día, bochornoso día de verano, con pájaros en el cielo).
Inventemos
una frontera -un poema que alguien podría esconder con la patrulla del sheriff
persiguiéndolo- mil km. si es necesario
que recorra mil km.-un poema sin toscas
esquinas, sin casas donde perderse,
sin ataderas de magia habitual, sin judíos de Nueva York que venden pijamas amatista, tan solo
un lugar donde Billy el Niño pueda
ocultarse cuando asesina.
Jardines
de tortura y rieles espectaculares. La
radio
que me habló de la muerte de Billy el Niño
El día, bochornoso día de verano. Los polvorientos caminos del verano.
que me habló de la muerte de Billy el Niño
El día, bochornoso día de verano. Los polvorientos caminos del verano.
Caminos
hacia alguna parte. Casi puede verse adónde van
tras el
morado oscuro del horizonte. Ni siquiera los pájaros lo saben.
El poema. A tal distancia quién podría reconocer su rostro.
II
Un reguero de hojas brillosas que remedan flores del infierno
Un trozo de papel de envoltura, ya arrugado, pero
vuelto a arrugar por la mano, estirado por una
plancha eléctrica.
Un cuadro
Que me habló de la muerte de Billy el Niño.
Un collage una trabazón
De lo real
Donde insulsos colores
Dicen lo que los héroes
realmente consiguieron.
No, no es un collage. Las flores del infierno
Caen de las manos de los héroes
caen de nuestras palmas
Como si no fuéramos capaces de abarcarlas.
Su pistola
no disparaba balas de verdad
su muerte
Consumada ya no es trascendente.
Con aquellos insulsos colores
No es un collage
Es una trabazón, un
Recuerdo.
El poema. A tal distancia quién podría reconocer su rostro.
II
Un reguero de hojas brillosas que remedan flores del infierno
Un trozo de papel de envoltura, ya arrugado, pero
vuelto a arrugar por la mano, estirado por una
plancha eléctrica.
Un cuadro
Que me habló de la muerte de Billy el Niño.
Un collage una trabazón
De lo real
Donde insulsos colores
Dicen lo que los héroes
realmente consiguieron.
No, no es un collage. Las flores del infierno
Caen de las manos de los héroes
caen de nuestras palmas
Como si no fuéramos capaces de abarcarlas.
Su pistola
no disparaba balas de verdad
su muerte
Consumada ya no es trascendente.
Con aquellos insulsos colores
No es un collage
Es una trabazón, un
Recuerdo.
III
No había nada en la orilla del río
Salvo pasto seco y algodón de azúcar.
"Alias," le dije. "Alias,
Alguien quiere que nos bebamos el río
Alguien quiere que tengamos sed".
"Niño", dijo. "Ningún río
Quiere atrapar hombres. No hay maldad en eso. Trata
No había nada en la orilla del río
Salvo pasto seco y algodón de azúcar.
"Alias," le dije. "Alias,
Alguien quiere que nos bebamos el río
Alguien quiere que tengamos sed".
"Niño", dijo. "Ningún río
Quiere atrapar hombres. No hay maldad en eso. Trata
De entender".
Nos quedamos allí junto al río y Alias
se quitó la camisa y yo la mía.
Nunca fui real. Alias nunca fue real.
Ni el pasto ni el enorme algodonero.
Ni el pequeño río.
IV
Lo que quiero decir es que
Yo
Te hablaré del dolor
Era un dilatado dolor
Casi tan ancho como una cortina
Pero dilatado
Como los descampados.
Estig-
mas
Tres agujeros de bala en la ingle
Uno en la cabeza
floreando
Justo debajo de la ceja izquierda
Lo que quiero decir es que yo
Te hablaré de su
Dolor.
V
Billy el Niño entre los álamos con un solo toque de luz de luna
Su sombra resalta entre todas las demás sombras
Delicada
como es la percepción
Nadie podrá quitarle la pistola ni obliterar
Su sombra.
VI
La pistola
Una pista falsa
Nada puede matar a
Nadie
Ni un poema ni un pene enorme. Bang,
Bang, Bang. Una pista
Falsa
Ni la inmortalidad siquiera (aunque por qué me pregunto
por la inmortalidad de alguien que era tan mortal como Billy el Niño o
Nos quedamos allí junto al río y Alias
se quitó la camisa y yo la mía.
Nunca fui real. Alias nunca fue real.
Ni el pasto ni el enorme algodonero.
Ni el pequeño río.
IV
Lo que quiero decir es que
Yo
Te hablaré del dolor
Era un dilatado dolor
Casi tan ancho como una cortina
Pero dilatado
Como los descampados.
Estig-
mas
Tres agujeros de bala en la ingle
Uno en la cabeza
floreando
Justo debajo de la ceja izquierda
Lo que quiero decir es que yo
Te hablaré de su
Dolor.
V
Billy el Niño entre los álamos con un solo toque de luz de luna
Su sombra resalta entre todas las demás sombras
Delicada
como es la percepción
Nadie podrá quitarle la pistola ni obliterar
Su sombra.
VI
La pistola
Una pista falsa
Nada puede matar a
Nadie
Ni un poema ni un pene enorme. Bang,
Bang, Bang. Una pista
Falsa
Ni la inmortalidad siquiera (aunque por qué me pregunto
por la inmortalidad de alguien que era tan mortal como Billy el Niño o
su pistola
que ahora está oxidada en algún vertedero
o
perfectamente brillosa en algún museo de Nueva York) Una
Pista falsa
Nada
Puede matar a nadie. Tu pistola, Billy,
Y tu fresco
Rostro.
VII
Pista falsa
Nada
Puede matar a nadie. Tu pistola, Billy,
Y tu fresco
Rostro.
VII
Los
saltamontes se agitan por el desierto.
En el desierto
Sólo quedan saltamontes.
Señora
De Guadalupe
Aclárame la vista
Depúrame el aliento
Haz más fuerte mi brazo fuerte y duros mis dedos.
Señora de Guadalupe, amante
de muchos, hazme
Vengarlos.
VIII
De vuelva adonde está la poesía Nuestra Señora
Observa cada movimiento cuando los jugadores toman las cartas
Del mazo.
El Diez de Diamantes. La Jota de Espadas. La Reina
De Bastos. El Rey de Corazones. El As
que Dios nos dio cuando nos puso a escribir poesía para
gente desprevenida o para caerles a tiros.
Nuestra Señora
Se alza como una especie de bailadora cónyuge de la memoria.
¿Bailarás, Nuestra Señora,
Muerta e inesperada?
Billy quiere bailar
Billy
Te volará los sesos a tiros si no bailas
Billy
Estando muerto también quiere
Divertirse.
IX
Así se rompe el corazón
En pequeñas sombras
Casi tan fortuitas
Que son banales
Como el diamante
Que tiene en su centro un diamante
O una roca
Roca.
Presa de miedo
El amor formula su pregunta nodal-
No puedo recordar
Lo que me trajo aquí
En el brazo el hueso responde al hueso
En el desierto
Sólo quedan saltamontes.
Señora
De Guadalupe
Aclárame la vista
Depúrame el aliento
Haz más fuerte mi brazo fuerte y duros mis dedos.
Señora de Guadalupe, amante
de muchos, hazme
Vengarlos.
VIII
De vuelva adonde está la poesía Nuestra Señora
Observa cada movimiento cuando los jugadores toman las cartas
Del mazo.
El Diez de Diamantes. La Jota de Espadas. La Reina
De Bastos. El Rey de Corazones. El As
que Dios nos dio cuando nos puso a escribir poesía para
gente desprevenida o para caerles a tiros.
Nuestra Señora
Se alza como una especie de bailadora cónyuge de la memoria.
¿Bailarás, Nuestra Señora,
Muerta e inesperada?
Billy quiere bailar
Billy
Te volará los sesos a tiros si no bailas
Billy
Estando muerto también quiere
Divertirse.
IX
Así se rompe el corazón
En pequeñas sombras
Casi tan fortuitas
Que son banales
Como el diamante
Que tiene en su centro un diamante
O una roca
Roca.
Presa de miedo
El amor formula su pregunta nodal-
No puedo recordar
Lo que me trajo aquí
En el brazo el hueso responde al hueso
O la
sombra ve sombra-
Guardianes
de la muerte tripulamos la barca
Como
alguien en canoa
Por un pequeño lago
Cuando en cualquier extremo
No hay más que gajos de pino-
Guardianes de la muerte tripulamos la barca
Con el corazón roto o el cuerpo roto
La elección es real. El diamante. Yo
Lo pido.
X
Billy el Niño
Te amo
Billy el Niño
Apoyo todo lo que digas
Y allí estaba el desierto
Y la boca del río
Billy el Niño
(A pesar de las noticias de tu muerte)
Hay miel en la ingle
Por un pequeño lago
Cuando en cualquier extremo
No hay más que gajos de pino-
Guardianes de la muerte tripulamos la barca
Con el corazón roto o el cuerpo roto
La elección es real. El diamante. Yo
Lo pido.
X
Billy el Niño
Te amo
Billy el Niño
Apoyo todo lo que digas
Y allí estaba el desierto
Y la boca del río
Billy el Niño
(A pesar de las noticias de tu muerte)
Hay miel en la ingle
Billy
Traducción de M. Varón de Mena
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