viernes, 22 de noviembre de 2019

Brisa marina




Stephane Mallarmé 


La carne ¡ay! Es triste y sé los libros todos.
¡Huir! ¡Muy lejos! ¡siento que hay pájaros beodos
de estar entre la espuma incógnita y los cielos!
Nada, ni los jardines que encierran mis anhelos,
podrá guardar mi alma que el mar salobre añora
¡oh, noches! ni la clara luz de la veladora
sobre el papel incólume que interdice la albura
y ni la joven madre que nutre a su criatura.
¡Sí, partiré! Steamer, sin ningún alboroto,
¡eleva el ancla llévame hacia un país ignoto!
Un esplín, desolado por los crueles señuelos,
¡confía en el supremo adiós de los pañuelos!
Quién sabe si estos mástiles, de terribles presagios,
sean de los que el viento inclina a los naufragios
perdidos ¡ay! sin velas ni islotes lisonjeros…
¡Mas, alma mía, escuchas cantos de marineros!


Versión de Rafael Lozano

Orto, Año XXI, no.1, enero de 1932



domingo, 3 de noviembre de 2019

El silfo



Paul Valéry


Ni visto ni sabido,
apenas soy perfume
que en el viento se asume
ya difunto o vivido.

Ni visto ni sabido,
¿es azar o maniobra?
Pues, apenas venido,
se termina la obra.

¿Acaso comprendido?
Aún el más entendido,
¡cuántos yerros deslizas!

Ni visto ni sabido,
¡como entre dos camisas
un seno percibido!


Versión de Rafael Lozano


Orto (Manzanillo, Cuba), Año XXI, no. 1, enero de 1932