viernes,
Mi querido amigo,
En cuanto a lo que me concierne personalmente, seguiré sus instrucciones
de cabo a rabo. Se lo agradeceré como mejor me sea posible, luego nos veremos.
Ni más tarde que ayer, he recibido una carta de la princesa, diciéndome
que cuando regrese, se representará en su casa su Historia de Antaño. Ese día, claro está, se la presentaré. Puede
usted enviar su ejemplar con estas palabras: «A S.A.I Sra. princesa Mathilde»: es la fórmula. Lo
demás como usted considere apropiado.
He escrito a Huysmans una carta a la que no ha respondido. Es decir que,
aunque haciéndole elogios, le decía francamente mi opinión. Si hubiese recibido
una carta semejante, se lo habría agradecido al autor. Ni una palabra. ¿Qué
debo pensar?
¿Está molesto? ¡Tanto peor para él! He actuado honestamente y
estéticamente.
Me sorprende también no haber recibido la nueva novela de Hennique:
¿Couronneau?
Fortin me ha dicho que podría ir a París a principios de mes. Así pues,
querido, nos veremos dentro de cinco o diez semanas a lo sumo. Continúo
haciendo metafísica. Mi capítulo VIII está preparado. Ahora veo el conjunto y
me pondré a escribirlo en ocho o diez días cuando Caroline – a la que espero
mañana – haya partido.
Pienso en este momento que a mediados de la próxima semana, tendré la
visita de Charpentier y Zola.
Siempre olvido rogarle que vaya a casa de Ernest Daudet a buscar el manuscrito
de la Comedia. Tengo razones para no dejarlo vagabundear por casa de extraños.
Laporte, que ahora me clasifica unas notas, me encarga que le diga que
«llora sobre su prematuro agotamiento».
Lo abrazo.
cuando usted tenga tiempo,
Gustave Flaubert
Traducción de J. M. Ramos
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