El más sabio no es sino locura
Piñera y Humberto.
Estoy aquí con la Condesa*, en
Salsipuedes, chalet de Pardiñas, bastante ocupado porque hay que poner en orden
la casa y hoy hemos trabajado desde las siete de la mañana hasta la noche, lo
que me hace mucho bien porque no hay cosa mejor que cuando uno está ocupado.
En este mundo, Piñera, como bien dice Schopenhauer, el más sabio no es sino
locura, y así presiento yo el futuro de modo sumamente dudoso. Ernesto** se va a París con 1.500 mensuales.
No puedo escribir más porque estoy algo cansado y debilitado.
Cuidado con las cartas y muchos saludos
Witold GOMBROWICZ
(10-1-1947)
En casa de la condesa, ni para cigarrillos
Estimados Piñera y Humberto. Me apena verlos ya en Buenos Aires y lamentando,
por cierto, que no se han divertido. Aquí después de los primeros días que
bastante susto me dieron, todo se arregló y ahora estoy muy bien, en un lindo
chalet con buena cocina y la Condesa ha resultado ser un báculo de virtudes y
un calor de encantos. Yo estoy trabajando para que los invite a ustedes porque
ella se va ahora a Buenos Aires por unos días y confío en que ustedes podrán
reponerse aquí de su tan penoso viaje a Bariloche. Ya ven que esto les ahorrará
mucho dinero, pero le ruego, Piñera, mándeme los cincuenta pesos prometidos
porque yo no tengo ni para los cigarrillos. Ya saben lo que es la amistad y
además han ahorrado bastante regresando antes de la fecha. Ocurre que mi
estadía aquí puede ser muy fructuosa y la Condesa es tan amable que quiere
presentarme a su prima que tiene dos millones y a varios otros miembros de su
familia que suman alrededor de diez millones, pero tengo que mantener a toda
costa mi prestigio y dignidad. Así pues no vacile en mandarme esos pobres pesos
y no caiga en mezquindades.
Además, ocurre que le mandé a Graziella una “Nota contra los poetas” que es
para Sur y como la mamá de Graziella de nuevo está de cuidado, corríjanla por
favor ustedes y hagan pasar a máquina tres copias y todo esto hecho de acuerdo
con las instrucciones que mandé a Graziella por carta. Además, pregúntele a
Lida, secretario de Sur, si el fragmento de Ferdydurke está aceptado; si no,
póngase en contacto con Sábato de inmediato. También será muy bueno y
provechoso para todos colocar un fragmento en Anales de Buenos Aires y otro en
la nueva revista Realidad. Ya le escribí a Baudizzone. Póngale en contacto con
Graziella, háganme este favor.
También pregúntenle a Sábato (o si Ernesto ya se fue, a Fattone, secretario de
Qué, si Sánchez Riva me ha mandado libros para reseñar. Perdonen Piñera y
Humberto tantas molestias, pero carezco de medios. Lean esta carta con atención
y traten de realizar todo con la buena técnica propia de hombres modernos. Me
imagino que no van a caer en la mezquindad en lo que respecta al asunto
económico, porque ya saben que nuestros destinos están estrechamente ligados.
Yo me quedaré aquí un mes más, pero no es seguro. Llamen a la Condesa alrededor
del día primero de febrero preguntándole si yo no le había dado un manuscrito
para ustedes, pero mucha discreción y no hagan ninguna alusión para que los
invite a Salsipuedes. Tengo otras noticias pero esto para después. Aquí el
temblor de los cobardes hace temblar la tierra, pero yo me río de la ira de los
elementos y, además, no hay peligro. Trabajo mucho y con sumo éxito. Muchos
saludos Piñera y Humberto de parte de su fiel amigo. Witoldo de Gombrowicz
“novelista”, o mejor “noviolisto”. Pongan “Conde” en el sobre.
Witold GOMBROWICZ
Unidos triunfaremos
Queridos Piñera y Humberto. Recién recibí Piñera su carta. No hay motivos para
gemidos ni lamentaciones. La batalla será dura por cierto y correrá la sangre,
mas venceremos. Cuídense de no pelear con Ernesto. Me río mucho de Rivasánchez.
Es cierto que él ha cambiado totalmente mi reseña y, hay que confesarlo, salió
mucho mejor. Cuídense de no asustar a Baudizzone para que no pierda el ánimo.
Inventen nuevos admiradores de Ferdydurke para fortalecer el ánimo de
Baudizzone y de Graziella y hagan mucho barullo. Ya ven con cuánta injusticia
me trata el mundo y ojalá encuentren en este pensamiento amargo el estímulo
para estrechar aún más nuestras filas, porque, ya saben qué cosa es la Amistad
y qué deberes impone. Unidos triunfaremos. ¿Cuándo se va Ernesto a París? ¿Qué
tal le Fils du Pampe? ¿Y Russo? No veo ningún petit dinero, Piñera, pero confío
en que recibiré algunos.
Ps. Que Humberto, dentro de dos o tres días, me mande, otra carta, en su
nombre, con noticias especialmente alentadoras respecto a Ferdydurke. Esto lo
dejo a su imaginación (mucho realismo). Perdonen tanta molestia.
pesitos en cantidad adecuada. Estoy escribiendo la famosa escena del dedo. Les
mando muchos saludos.
Witold GOMBROWICZ
(Chalet de Pardiñas, 3 de febrero de 1947)
*Cecilia Benedit, amiga y protectora del escritor
**Ernesto Sábato
Tomado de EL CULTURAL
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