domingo, 19 de octubre de 2014

Autorretrato




María Villar Buceta


Carezco en absoluto de rasgos distintivos: ni una joroba hilarante, ni un miembro contrahecho me destaca de la abrumadora unanimidad del montón.

Visto siempre de blanco o de negro. Vivo como todo el mundo. Soy cortés y ceremoniosa con las mujeres. Y con los hombres. Y con los niños. Una desesperante regularidad rige mi vida. En política soy inevitablemente gubernamental. En las cuestiones internacionales me obstino en ser neutral. Jamás doy mi opinión a nadie: cuando no carezco de ella, la oculto avaramente.

Soy prudente hasta la cobardía. Me dejo atropellar …por comodidad. No utilizo el derecho de protesta. Vivo como anestesiada a todo sentimiento de rebeldía. Soporto con evangélica mansedumbre la charla de las comadres, los gritos de los chiquillos y las impertinencias de los tontos. Oigo con estúpida curiosidad todas las conversaciones. No me intereso por nada, pero me entero de todo, aunque nunca sé “hacerme cargo”…

Uniforme en mi actitud, soy inmune a todo proceso de evolución. El estoicismo es la piedra angular de mi carácter. Dijérase que estoy orgánicamente incapacitada para iniciarme y definirme en nuevas actitudes.

Mi edad es indefinible, como toda mi persona sin personalidad.

Ejemplar de una especie asexual, inclasificable, la suficiencia de los analistas estréllase ante mi amorfidad intelectual. Y piensa, sin querer, en El hombre mediocre, de Ingenieros. Y no se vuelve a acordar de mí, porque yo soy así: ¡el arquetipo del ente perfectamente vulgar!

Mas… he aquí que un buen día me doy cuenta de que vivo en las tinieblas y quiero salir de ellas, a toda costa. Un megalómano anhelo de “figurar” invade y turba la inacción de mis células cerebrales. En mi espíritu enfermo de oscuridad bulle la obsesión de una aurora que lo reivindique: ya no se resigna a ser un factor negativo en la sociedad. Y el ente-nulidad se convierte en el ente-iniciativa. Y organizo concursos literarios, y pronuncio conferencias, y me afilio a academias y ateneos. Y mando mi retrato a todos los periódicos y revistas, con el correspondiente autobombo. Los demás entes que andan por el mundo se agrupan en torno a este ente de talento excepcional, que es el “cerebro del día”. Llegaré a ser académica, o miembro de jurados de escultura. Se me verá, lento el paso, grave el rostro, con las manos cruzadas a la espalda: estaré resolviendo seguramente …la cuadratura del círculo. Acaso, al andar de Cronos, ingrese en la Sociedad Protectora de Animales. O me siente bajo la cúpula de los Inmortales.

Para entonces, ¡oh amigos!, ¡oh poetas!, si me encontráis al paso, descubríos. ¡Es la Villar-Buceta, superhembra, que pasa!



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