¿Qué es lo que acecha
al intelecto
como un demonio de Tasmania,
insaciable
ansioso por ser grande?
En el suave planeta
del alma
donde la melodía
y el monólogo
acompañan a los elementos
en el camino
a la filosofía
y a la tierra,
como cuando Marilyn planta una mata
y siente entre sus dedos
los terrones,
yo metido:
bienvenidos al viejo prado,
bienvenidos!
¡Chelista, toca
esas hondas notas!
Traducción de Juan Alcántara
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