Anne Carson
Cuando se declaró la hambruna, Lev se movió como un león
de pueblo en pueblo, distribuyendo pan,
durmiendo en una choza mísera. En el curso de dos años
levantó 248 comedores de beneficencia. Le preguntó
a este vasto país,
¿no somos el custodio de nuestro hermano?
(El gobierno consideró la posibilidad de confinarlo en
una fortaleza,
lo que le hubiera encantado.)
Ahora empujaba un arado y el mundo le observaba.
Tolstoi arando (de
Repin) le muestra
doblado sobre la tierra ocre, sin carne a la vista.
Sus terneros suaves
como nutrias.
Traducción de Jordi Doce
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