Luis Miguel Nava
La sustancia del desierto es
la del mar, que difiere de él apenas por el grado de aclaramiento. El
mar surge al término de un proceso en el que el desierto es una de las fases o,
más concretamente, su cristalización. Si se atiende a que el lugar donde ese
aclaramiento se produce es nuestro espíritu, no puede causar ninguna extrañeza hechos
como, por ejemplo, el que la presencia del desierto sea advertida por quien,
como los marineros, tenga un íntimo contacto con el mar.
Lo que yo conozco del mar lo debo, sin
embargo, más que a cualquier otra experiencia, a cuerpos donde la nitidez de las
aguas sobrepasa muchas veces la de los propios rasgos fisionómicos; no es raro,
basta una breve caricia, u otro contacto aún más discreto, para sentir como son
de avasalladoras esas aguas, a la superficie de las cuales parecen a punto de hundirse
los rostros náufragos.
No obstante, también yo me he dado cuenta de
la clandestina presencia del desierto, lo que me lleva a compararlo a aquella
ropa que persiste en irrumpir en la piel de quien por eso nunca logra
desnudarse por completo.
Os rostros náufragos
A substância do deserto é o mar, que dele
difere apenas pelo grau de apuramento. O mar surge no termo dum processo em que
o deserto é uma das fases ou, mais concretamente, a sua cristalização. Se se
atender a que o lugar onde esse apuramento se produz é o nosso espírito, não
poderão causar qualquer estranheza factos como, por exemplo, o de a presença do
deserto ser notada por quem, como os marinheiros, tenha um íntimo contacto com
o mar.
O que eu do mar conheço, devo-o contudo, mais do que qualquer outra experiência,
a corpos onde a nitidez das águas ultrapassa muitas vezes a dos próprios traços
fisionômicos; não raro, basta uma breve carícia, ou outro contacto ainda mais
discreto, para sentir como são avassaladoras essas águas, à superfície das
quais parecem prestes a afundar-se os rostos náufragos.
Não obstante,
também já eu me apercebi da clandestina presença do deserto, o que me leva a
compará-lo àquela roupa que persiste em irromper na pele de quem por isso nunca
por completo se consegue desnudar.
Traducción Pedro Marqués de Armas
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