martes, 10 de julio de 2018

Postkarten



Edoardo Sanguineti 


64.

a uno de mis hijos, el otro día, le dije que uno escribe especialmente
para que otro pueda escribir, todavía, y luego: (porque intentamos un poco escribir,
desde ahora, las obras completas del género humano, nosotros, 
                                                                                  [todos juntos, en el fondo) 
                                                                                                                 y después
le conté todo esto a otro hijo mío, otro día, y este otro hijo mío
me dijo: así es
                        y luego, ayer, este otro hijo mío me ha dicho 
                                                                                  [que uno vive
especialmente porque etc.: (estábamos dentro de un gran rumor 
                                                                                  [de mar, en vía Italia,
en la noche, sobre la playa, en un local que se llama “da Domenico”, 
                                                                                                     [creo):
y yo no dije, creo, nada):
                                        (ya ves, querido hijo mío, vista así, la cosa
se vuelve demasiado banal, demasiado tremenda, etc.):
                                                                           (así pues, queridos hijos,
también ayer, a ese otro hijo mío de aquí arriba, di una bofetada 
                                                                                                     [de amor, 
tremenda):


 ...


a uno dei miei figli, l`altro giorno, ho detto che uno scrive especialmente
perchè un altro possa scrivere, ancora, poi dopo: (perchè  cerchiamo un po`di scrivere,
ormai, le opere complete del genere umano, 
                                                                            [tutti  insieme, noi, in fondo): 
                                                                                                     e poi
ho raccontato tutto questo a un altro mio figlio, un altro giorno, 
                                                                            [e quest`altro mio figlio
mi ha detto: è giusto così:
                                            e poi, ieri, quest`altro mio figlio mi ha detto 
                                                                             [che uno vive
specialmente perchè ecc.:  (stavamo dentro un grande rumore di mare, in corso Italia,
dentro la notte, sopra la spiaggia, in un locale che si chiama 
                                                                              [“da Domenico”, credo):
(e io non ho detto, credo, niente):
                                                           (e poi vedi, caro mio figlio, messa così, la cosa
diventa troppo banale, troppo tremenda, ecc.):
                                                                                     (e poi, cari miei figli, così ho dato,
sempre ieri, a quell`altro mio figlio di cui sopra, prima, uno schiaffo 
                                                                               [d`amore, 
tremendo):



Traducción: Dolores Labarcena y Pedro Marqués de Armas



sábado, 7 de julio de 2018

In medio stat vitium



Luciano Erba


Eres de aquellos que a los test
dan signos contradictorios
pero ciertamente
ni genio ni idiota
¿y entonces?
un pobre hombre
perseguido por genios y por idiotas.



In medio stat vitium

Sei di quelli che ai test
danno segni contraddittorò
ma di certo
nè genio nè idiota
e allora?
un pover uomo
perseguitato dai geni e dagli idioti.



Traducción: Dolores Labarcena y Pedro Marqués de Armas



domingo, 1 de julio de 2018

Madrigal para un general inglés


Umberto Saba

Vi en Florencia, en los primeros días de la ocupación aliada, a un general inglés. Se sostenía –caso raro- en pie y borracho. Era maravilloso. Alto, flaco, reseco, casi excesivamente pura cepa, caminaba apoyando su inestable persona en un bastoncito de empuñadura, por lo que me pareció, preciosa. Cada transeúnte podía convertirse para él, sin quererlo, en un enemigo; hacerle –cosa grave para cualquiera; para un inglés, y un inglés de su rango, mortal- perder el equilibrio. Pero, incluso en aquellas condiciones, ¡qué garbo, qué estilo! Se aguantaba apenas, como el Imperio inglés. Pero se aguantaba.


Madrigale per un generale inglese 

Ho visto a Firenze, nei primi giorni dell' occupazione alleata, un generale inglese. Era -caso raro- a piedi e ubriaco. Era meraviglioso. Alto, magro, asciutto, quasi eccessivamente razziato, camminava appoggiando la malferma persona a un bastoncino dall' impugnatura, a quanto mi parve, preziosa. Ogni passante poteva diventare per lui, senza volerlo, un nemico; fargli -cosa grave per chiunque; per un inglese, e un inglese del suo rango, mortale- perdere l' equilibrio. Ma, pure in quelle condizioni, che contegno, che stile! Reggeva appena, come l' Impero inglese. Ma reggeva.



Versión Pedro Marqués de Armas


miércoles, 27 de junio de 2018

Venturosa transmigración




Jorge Luis Borges

De las muy diversas regiones americanas, en cualquier hemisferio, la más favorecida por los astros o visitada por las Musas (la locución es indistinta) ha sido, indiscutiblemente, New England. Los grandes nombres dados por nuestra América fueron y son importantes para nosotros y para España; Emerson, Melville, Thoreau, Poe, Robert Frost cannot be thought away sin modificar toda la literatura de nuestro tiempo. La serie es indefinida y casi infinita; falta Emily Dickinson.

No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y más solitaria que la de esa mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y temerlo. En su recluida aldea de Amherst buscó la reclusión de su casa y, en su casa, la reclusión del color blanco y la de no dejarse ver por los pocos amigos que recibía.

Publicar no era, para ella, parte esencial del destino de un escritor; después de su muerte, que acaeció en 1886, encontraron en sus cajones más de mil piezas manuscritas, casi todas muy breves y extrañamente intensas. Además de la escritura fugaz de cosas inmortales, profesó el hábito de la lenta lectura y la reflexión. Emerson y Ruskin y Sir Thomas Brown le enseñaron mucho, pero solo a ella le fue dado escribir "Parting is all we know of Heaven/ and all we need of Hell"  o " This quiet was gentlemen and ladies" cuya idea es común y cuya forma es incomparable (curiosamente se abismaba, como Hugo, en la Revelación de San Juan, el Teólogo).

He sospechado que el concepto de versión literal, desconocido a los antiguos, procede de los fieles que no se atrevían a cambiar una palabra dictada por el Espíritu. Emily Dickinson parece haber inspirado a Silvina Ocampo un respeto análogo. Casi siempre, en este volumen, tenemos las palabras originales en el mismo orden.

No es cotidiano el hecho de un poeta traducido por otro poeta. Silvina Ocampo es, fuera de duda, la máxima poeta argentina; la cadencia, la entonación, la pudorosa complejidad de Emily Dickinson aguardan al lector en estas páginas, en una suerte de venturosa transmigración.

Buenos Aires, 3 de mayo de 1985.


Poemas, Emily Dickinson, prólogo de Jorge Luis Borges; selección y traducción de Silvina Ocampo; Tusquets Editores, 1985.



domingo, 17 de junio de 2018

Mi Emily…



Susan Howe


1846] El Massachusetts occidental de Emiliy Dickinson difería de la pequeña comunidad de reacios comerciantes, cazadores de pieles y granjeros ante quienes Edwards había predicado cien años atrás. La vieja idea de estar violentamente a la defensiva se había desmoronado debido a sus contradicciones. Sólo se percibía un tenue reflejo en la superficie de ciudades como Amherst, donde la fina respetabilidad victoriana y la emoción ocasional ante otra posible revitalización de lo religioso disfrazaban la lenta disolución de una comunidad agraria en proceso de rápida transformación económica e industrial. En vida de Emily Dickinson se introdujo en Amherst el ferrocarril. Trasladarse a Boston y a Nueva York era sencillo, y muchos de sus amigos viajaron a Europa o California. Ella permaneció en casa. En una carta que Emily le escribió a Abiah Root a los dieciséis años, incluye esta cita de Edward Young:

Con cuanto énfasis ha escrito el poeta: "No nos percatamos del Tiempo sino de su pérdida. Más sabio sería que el hombre hablara de ello. Sólo concentra su interés en la justa adquisición de su valor y de su precio: cabría preguntar a las camas ocupadas por moribundos. Ellas lo dirán. Desprenderse de éste como de la vida con renuencia."  
                                                                                                                                                 (C. 13)

Preocupada ya por el acertijo metafísico del tiempo, ella sabía por instinto lo que a la mayoría de nosotros nos lleva años aprender: el tiempo que se vive a futuro sólo podrá comprenderse por el pasado, y la vida social meramente excluye el progreso espiritual. Su rechazo en la adolescencia a unirse a la iglesia de la Congregación —durante el período del Gran Despertar [Great Awakening] que arrasó a la región—, la dejó terriblemente sola. El desajuste restituye primero al alma que busca. El Esplendor es subversivo a la voluntad Colectiva. Ante los ojos del presente se descubren los fragmentos del pasado. La presencia conserva la promesa de los significados de antaño. La renuencia de Emily Dickinson a someterse a las grandes presiones de la comunidad nos recuerda la terca fortaleza de Mary Rowlandson cuando estuvo aislada. Comparte con Anne Hutchinson y Mary Dyer su intuitiva aprehensión espiritual. Al igual que un inteligente conocedor de las brillantes ideas de otro, ella es la lúcida heredera de Jonathan Edwards.

1851] A los veintiún años, Emily Dickinson felizmente envió a su hermano Austin estas líneas sobre la excursión que realizó la familia Dickinson para escuchar a una cantante famosa que actuaría en Northampton.

                                                                                                                                                 6 de julio

—qué palabras expresarían nuestro horror cuando la lluvia empezó a caer —a gotas—en capas—cataratas— qué capricho ir a ahí en medio del goteo y del remojo que nos cayó en el camino —cómo el escenario y sus afligidos prisioneros se concentraron en el hotel Warner; cómo todos descendimos y fuimos conducidos adentro; cómo la lluvia no disminuyó; cómo caminamos en silencio hacia la vieja iglesia de Edwards y pese a todo nos sentamos ahí; cómo apareció Jennie al igual que una niña y cantó y cantó de nuevo; cómo llovieron los ramilletes, y el recinto se cimbró en aplausos; cómo relampagueaba afuera, mientras en el interior se oía el trueno de Dios y de los hombres —juzga cuál sería el más fuerte; cómo amamos a Jennie Lind, mas no acostumbrados a su canto, éste nos gustó menos que ella —sin duda fue exquisito—pero advierte algunas notas de su "Eco" —los sonidos del Pájaro de la "Canción del Pájaro" y algunos de sus curiosos trinos, y yo preferiría a un yankee.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             (C. 46)

Jenny Lind es la única cantante o músico profesional que Emily Dickinson llegó a escuchar en vivo.

El sonido siempre fue parte de un significado perfecto. Una joven poeta escucha a Jenny Lind cantando sonidos de Pájaro de una "Canción del Pájaro" en la vieja iglesia donde un siglo antes el último ministro puritano, y el primer filósofo norteamericano, pronunció la palabra de Dios ante su congregación (…) Presagio desconocido de un fenómeno sensual, el Sonido ha llegado hasta nosotros desconocido. "En el corazón del hombre civilizado prosigue aún el salvaje en el sitio de honor", escribió Thoreau en A Week on the Concord and Merrimack Rivers, nueve años después de que Emily Dickinson había nacido. En su trascendente meditación otoñal sobre el Tiempo, él vuelve una y otra vez a la poesía severa de nuestra historia temprana. Persecución y posesión. A través de un bosque de significado místico, la religión va a la caza de la libertad de la Poesía, mientras la Poesía merodea la fuente soberana de la Divinidad.


Traducción: Ana Rosa González Matute

Tomado de Mi Emiliy Dickinson, Editorial Libros Magenta, México D.F., 2012. 

Susan Howe (Massachussets, 1937). Poeta y ensayista. Una de las más destacadas de lo que en Estados Unidos se ha dado en llamar “Language Poets”. Entre sus libros: Souls of the Labadie Tract (2007). Mi Emily Dickinson –del que tomamos un breve fragmento- forma parte de la tradición crítica de los poetas norteamericanos, al estilo de En la raíz de América, de W. C. Williams, y Llámenme Ismael, de Charles Olson.