João Cabral de Melo Neto
Para hablar de los Yahoos, es necesario
Para hablar de los Yahoos, es necesario
que las palabras funcionen
de piedra:
que de pronunciarse, se
pronuncien
con la boca para
pronunciar piedras;
que si escritas, se
escriban en duro
en la página dura de un
muro de piedra;
y más que pronunciadas o
escritas,
que se tiren, como se
tiran piedras.
Para hablar de los Yahoos
se necesita
que las palabras funcionen de filo,
como en la sátira; o, como en la ironía,
se armen ambiguamente de
dos filos;
y que la frase se arme de
lo perforante
que tienen en el Pajeú las
facas-de-punta:
faca sin dos filos y aun
así ambigua,
por no verse en ella dónde
no es punta.
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O para cuando se hable de los Yahoos:
tratar de no oír hablar, como
mínimo;
o bien oír en el silencio todo
en puntas
del cactus espinoso, bien
agreste;
apurar y azuzar, debajo
del silencio,
al captus que duerme en
cualquier no;
avivar en el silencio las
cien espinas
con que puede despertar el
captus no.
O para cuando se hable de
los Yahoos:
no querer oír hablar, por
lo menos,
o bien oír, pero engatillando
la sonrisa
para dispararla en
cualquier momento;
oír los planes-últimos para los Yahoos
con una sonrisa en la boca
engatillada:
en la boca que no puede
balas, pero puede
una sonrisa burlona,
tiro claro.
The Country of the Houyhnhnms
Para falar dos Yahoos, se
necessita
que as palavras funcionem
de pedra:
se pronunciadas, que se
pronunciem
com a boca para pronunciar
pedras;
se escritas, que se
escrevam em duro
na página dura de um muro
de pedra;
e mais que pronunciadas ou
escritas,
que se atirem, como se
atiram pedras.
Para falar dos Yahoos se
necessita
que as palavras se rearmem
de gume,
como numa sátira; ou como
na ironia,
se armem ambiguamente de
dois gumes;
e que a frase se arme do
perfurante
que tem no Pajeú as
facas-de-ponta:
faca sem dois gumes e
contudo ambígua,
por não se ver onde nela
não é ponta.
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Ou para quando falarem dos Yahoos:
furtar-se a ouvir falar, no mínimo;
ou ouvir no silêncio todo em pontas
do cacto espinhento, bem agrestino;
aviar e ativar, debaixo do silêncio,
o cacto que dorme em qualquer não;
o cacto que dorme em qualquer não;
avivar no silêncio os cem
espinhos
com que pode despertar o
cacto não.
Ou para quando falarem dos
Yahoos:
não querer ouvir falar,
pelo menos;
ou ouvir, mas engatilhando
o sorriso,
para dispará-lo a qualquer
momento;
ouvir os planos-afinal para os Yahoos
com um sorriso na boca
engatilhado:
na boca que não pode
balas, mas pode
um sorriso de zombaria, tiro claro.
Versión: Pedro Marqués de Armas
um sorriso de zombaria, tiro claro.
Versión: Pedro Marqués de Armas
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