lunes, 9 de marzo de 2015

niños yo vi





Haroldo de Campos



vi a Oswald de Andrade
el padre antropófago en el 49
reclinado en un sillón
leyendo trópico de cáncer de henry miller
(maría antonieta la rosa de los alkmin lo mimaba
mientras él iba aplastando contumaces cabezas
de diamante con el martillo de nietzsche)

vi a ezra pound en el 59
en via mameli rapallo
(tuesday four pm ore sedici)
levantando en las manos el gato de gaudier-brzeska
forma felina que ocupaba todo el espacio
de una exigua pieza de mármol ceniza
(a esas alturas el viejo ez ya empezaba a callarse
y sus ojos rubios centellaban en la inútil
búsqueda de punti luminosi)

vi a roman jakonbson en la jolla
california año 56
(a su lado krystyna pomorska rubia cabeza altiva)
pasé rápido el test de las palabras cambiadas:
v zviózdi vriézivaias / “entremezclado a las estrellas”
agujero negro en la primera estrofa
del poema de maiakovski a serguei esenin
venga a oir krystyna un poema brasileño
que resolvió el problema de la rima al revés
en la traducción de los versos de vladimir)

me convidó entonces a comer comida árabe
y fueron muchas las veces y lugares en que nos vimos
encuentros marcados por luminosas dosis de vodka
(albo lapide notari –decían los romanos)
y hasta me envió una carta
abierta
tras leer las coplas de martin codax
sobre el mar de vigo

vi a francis ponge en bar-sur-loup
año 69 diez años después de parís rue lhomond
cuando me extendiera delante de los ojos
el sena
un poema desplegable fluente como un río
y suspendiera a la pared del estudio su araña
tutelar
-l’ araignée mise au mur –magnífica
rectora de saliva
de abolenga progenie mallarmeana
pero ahora en provenza en bar-sur-loup
en los límites de su vaso de agua
él estaba entero
franciscus pontius nemausensis
sobrio lapidario de gres y piedra pómez
separando palabras como quien escoge
minerales de texturas y colores diferentes y los perfila
a contra luz
uno por uno

vi a max bense
celebrando con estudiantes en drei mohren
stuttgart / estugarda año 64
la solución del enigma rembrandt
programada en la fórmula de birkhoff:
el cociente de belleza emergía purísimo
de una retícula violeta
como venus afrodita surgiendo desnuda
de la espuma del mar color vino

vi a julio cortázar años más tarde
en parís rue de l´ éperon
me llamó cronopio como hacía
con los amigos
(él cronopísimo el mayor de todos)
nos gustaba comer en un restaurante griego
cerca del hotel du levant
en la arpegiante calle de la harpe
y un día me hizo entrar en uno de sus cuentos
donde me puso a transcribir de atrás palante en lengua muerta
un soneto suyo corredizo como un zipper
(después me describió como un cachalote de barbas de neptuno
en el centro exacto del círculo
de sus amigos brasileños)

vi todo eso y vi otras muchas cosas
como por ejemplo en la via del consolato
murilo mendes entre cuadros de volpi
preguntando por la edad del serrucho
y en esa misma roma de fachadas amarillo-huevo
en la trattoria del buco
ungaretti el leonardo ungaretti
(que acostumbraba conversar con leopardi
en el locutorio de las estrellas)
me preguntó una vez en tono de confidencia:
ci sono ancora quelle mulattine a san paolo?
(no había ninguna mulatica –era sólo
me explicó después paulo emilio- 
la fogosa fantasía del poeta)

vi en fin todo eso
todo eso y mucho más
y ahora tengo derecho a cierta ciencia
y a una cierta impaciencia
por eso no me manden manuscritos dactiloscritos telescritos
porque sé que la filosofía no es para los jóvenes
y la poesía (para mí) se va pareciendo cada vez más
a la filosofía
y ya que todo al final es niebla-nada
y mi tiempo (consideremos) puede ser poco
y hasta ahora sólo he traducido unos doscientos setenta versos
del primer canto de la Ilíada
y no domino todavía las ganas
de aprender árabe y yoruba
y la necesidad de reunir todas las fuerzas disponibles
para resistir a mefisto y no vender el alma
y seguir firme
en posición de loto
mientras todos esos recados ambiguos (digo: vida)
entran en el contestador automático




Traducción: Pedro Marqués de Armas




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