viernes, 30 de octubre de 2020

Viola china

 
 

Viola china

 

Camilo Pessanha 


                                    A Wenceslau de Moraes


Al son de la viola morosa

Se va apagando el parloteo

Sin que amodorrado atienda

La fastidiosa monserga.

 

Sin que en mi corazón prenda,

En tanto, nasal, minuciosa,

Al son de la viola morosa,

Se va apagando el parloteo.

 

¿Pero qué cicatriz melindrosa

Hay en él, que esa viola ofenda

Y hace que las alas distienda

En una agitación dolorosa?

 

Al son de la viola, morosa…

 


Viola chinesa

 

Ao longo da viola morosa

Vai adormecendo a parlenda

Sem que amadornado eu atenda

A lenga-lenga fastidiosa.

 

Sem que o meu coração se prenda,

Enquanto nasal, minuciosa,

Ao longo da viola morosa,

Vai adormecendo a parlenda.

 

Mas que cicatriz melindrosa

Há nele, que essa viola ofenda

E faz que as asitas distenda

Numa agitação dolorosa?

 

Ao longo da viola, morosa...

 


Versión Pedro Marqués de Armas


A 100 años de Clepsydra de Camilo Pessanha. En la foto junto a Wenceslau de Moraes, en Hong Kong, circa 1895. 

 


miércoles, 28 de octubre de 2020

Exhortaciones al miedoso

 


Juan Carlos Flores

                                                                     a Pedro Marqués y Ángel Escobar

 

Oh miedoso

entre el cielo y la isla no son puentes

quédate si una moneda caes al turbio río.

El pájaro de entonces no rescataría la luz

su pico no podará las máscaras que asumes a la noche

cuando los hilos de la ciudad son las grietas en el rostro

y otras aguas impulsan un ataúd hasta su sábanas sedientas.

El pájaro no salvaría esa fruta del pantano

implora escarchándote las yemas contra columnas sin después

mejor levántate como quien ya besó la cruz tres veces.

El pájaro jamás será tu perro junto al frío

sus ojos no tendrán escaleras como tenía la madre o la muchacha

siguen establos los hondos almacenes íntimos.

Acaso el viento girador desuelle

un buque o fuego más allá de la luna

mientras tus uñas dividan el hígado de un alce.

Retira los corceles porque allí nace de súbito la esfinge.

Que todas las agujas conviertan tu corazón en un escudo

que no dejen de convertirlo en una esponja

que en ti no azogue el rojo ni se incline

que al estallar la fruta se quiebre la paz de los festivos.

Hay espejos.

Las manos de la noche aún pueden regalarte el mar

o un desierto donde las sierpes sean los árboles.

Hay anillos.

Que un largo resplandor te astille y odies

la humareda que soy

como ahora te odias frente a tu oscuro doble:

quien era el amigo es mapa olvidado por los astros

quien tuvo caracol te da su último heno.

Quedan espadas y una mesa y mantel para las redondeces

un niño con la incesante sal de sus antepasados; 

le llamarán El Foso pero tendrá números y llaves.

La muerte

y los altos castillos que no piensas.

– Entre el cielo y la isla los tigres robando.

 


domingo, 25 de octubre de 2020

Modelo para una teoría del conocimiento


Hans Magnus Enzensberger


Aquí tienes una caja,

una caja grande

con una etiqueta que dice

caja.

Ábrela,

y dentro encontrarás una caja,

con una etiqueta que dice

caja dentro de una caja cuya etiqueta dice

caja.

Mira adentro

(de esta caja,

no de la otra)

y encontrarás una caja

con una etiqueta que dice…

y así sucesivamente,

y si sigues así,

encontrarás

tras esfuerzos infinitos

una caja infinitesimal

con una etiqueta

tan diminuta,

que lo que dice

se disuelve ante tus ojos.

Es una caja

que sólo existe

en tu imaginación.

Una caja perfectamente vacía.

 

 

Traducción de Heberto Padilla, con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger y Michael Faber-Kaiser. Fotografía de Rene Burri. 


domingo, 18 de octubre de 2020

Poema de Rito Ramón Aroche

 

                                                  

    Festival de Poesía de Medellín


viernes, 16 de octubre de 2020

En el corazón del otoño



Jorge Eduardo Eielson

 

Este taller dorado, señora,

Si usted suelta sus cabellos,

Su corsé, sus abundantes senos,

Arderá.

La Muerte vestida,

Calavera de viejo sombrero,

Con plumas de pato en la nuca,

Vendrá, si usted llora, señora,

Desnuda en el bosque, si llora.

Hermosa señora, qué viento,

Qué viejo ya el día, las flores,

La cera y el vino, sus ojos, señora.

Este taller dorado, señora, es el otoño.