viernes, 1 de febrero de 2019
miércoles, 30 de enero de 2019
Poema de siete caras
Carlos Drumond de Andrade
Cuando nací, un ángel
tuerto
de esos que viven en la
sombra dijo:
¡Arriba, Carlos! Sé un inútil de la vida.
Las casas espían a los
hombres
que corren detrás de las mujeres.
Si no hubiera tantos
deseos,
la tarde tal vez fuera azul.
El tranvía pasa lleno de
piernas:
piernas blancas negras
amarillas.
Para qué tanta pierna, Dios mío,
pregunta mi corazón.
Sin embargo mis ojos
no preguntan nada.
El hombre tras el bigote es
serio,
simple y fuerte.
Casi no habla.
Tiene pocos, raros amigos
el hombre tras los
espejuelos y el bigote.
Dios mío, por qué me
abandonaste
si sabías que yo no era
Dios
si sabías que yo era un flojo.
Mundo mundo vasto mundo,
si me llamara Raimundo
sería una rima, no sería una
solución.
Mundo mundo vasto mundo,
más vasto es mi corazón.
No debería decírtelo
pero esa luna
esa copita de cognac
lo ponen a uno como un
diablo.
Poema das sete caras
Quando nasci, um anjo
torto
desses que vivem na sombra
disse: Vai, Carlos! ser
gauche na vida.
As casas espiam os homens
que correm atrás de
mulheres.
A tarde talvez fosse azul,
não houvesse tantos
desejos.
O bonde passa cheio de
pernas:
pernas brancas pretas
amarelas.
Para que tanta perna, meu
Deus,
pergunta meu coração.
Porém meus olhos
não perguntam nada.
O homem atrás do bigode
é sério, simples e forte.
Quase não conversa.
Tem poucos, raros amigos
o homem atrás dos óculos e
do bigode.
Meu Deus, por que me
abandonaste
se sabias que eu não era
Deus
se sabias que eu era
fraco.
Mundo mundo vasto mundo,
se eu me chamasse Raimundo
seria uma rima, não seria
uma solução.
Mundo mundo vasto mundo,
mais vasto é meu coração.
Eu não devia te dizer
mas essa lua
mas esse conhaque
botam a gente comovido
como o diabo.
Versión: Pedro Marqués de Armas
lunes, 28 de enero de 2019
El extraño caso de Mister Wong
Mario Quintana
Además del controlado Dr. Jekyll
y del irrefrenable Mister Hyde,
hay también un chino dentro de nosotros:
Mister Wong.
Ni bueno, ni malo:
simplemente gratuito.
Entremos, por ejemplo, a este teatro.
Tomemos este palco.
Pues bien, mientras el Dr. Jekyll,
muy convencido, es todo oídos,
y Mister Hyde arriesga un ojo y el alma
en el escote de la señora de al lado,
nuestro Mister Wong, descansadamente,
se pone a contar las calvas de la platea...
hay también un chino dentro de nosotros:
Mister Wong.
Ni bueno, ni malo:
simplemente gratuito.
Entremos, por ejemplo, a este teatro.
Tomemos este palco.
Pues bien, mientras el Dr. Jekyll,
muy convencido, es todo oídos,
y Mister Hyde arriesga un ojo y el alma
en el escote de la señora de al lado,
nuestro Mister Wong, descansadamente,
se pone a contar las calvas de la platea...
¿Otros ejemplos?
Procúrelos en sí mismo, ahora mismo.
No pierda tiempo.
¡Cultive su Mister Wong!
Procúrelos en sí mismo, ahora mismo.
No pierda tiempo.
¡Cultive su Mister Wong!
O estranho caso de Mister Wong
Além do controlado Dr. Jekyll
e do desrecalcado Mister Hyde,
há também um chinês dentro de nós:
Mister Wong.
Nem bom, nem mau: gratuito.
Entremos, por exemplo, neste teatro.
Tomemos este camarote.
Pois bem, enquanto o Dr. Jekyll,
muito compenetrado, é todo ouvidos,
e Mister Hyde arrisca um olho e a alma no
decote da senhora vizinha,
o nosso Mister Wong, descansadamente,
põe-se a contar carecas na platéia…
Outros exemplos?
Procure-os o senhor em si mesmo, agora mesmo.
Não perca tempo.
Cultive o seu Mister Wong!
Versión: Pedro Marqués de Armas (2013)
domingo, 27 de enero de 2019
Cobra Norato
Raúl Bopp
I
Un día
tengo yo que vivir en tierras del Sin Fin.
Voy andando caminando caminando.
Me confundo con el vientre del bosque mordiendo raíces.
Después
hago un filtro de flor de tayá de laguna
y mando llamar a Cobra Norato.
—Quiero contarte
una historia.
¿Vamos a pasear por aquellas islas despejadas?
Supón que hay luz de luna.
La noche llega suavemente.
Las estrellas conversan en voz baja.
Juego entonces a atarle una cuerda al pescuezo
y estrangulo a la bicha.
Ahora sí
me enhebro en esta piel de seda elástica
y salgo a correr mundo.
Voy a visitar a la reina Lucía.
Quiero casarme con su hija.
—Entonces tienes que cerrar los ojos primero.
El sueño ha resbalado por los pesados párpados.
Un suelo de lama roba la fuerza de mis pasos.
II
La sombra ha escondido los árboles.
Sapos bezudos acechan en la oscuridad.
Un pedazo de bosque está aquí castigado.
Los arbolitos se acuchillan en el charco.
Un hilo de agua atrasada lame la lama.
—¡Lo que yo quiero es ver a la hija de la reina Lucia!
Ahora son los ríos ahogados
bebiéndose el camino.
El agua va llorando ahondando ahondando.
Allá adelante
la arena ha conservado las huellas de la hija de la reina
Lucía.
—Ahora sí
voy a ver a la hija de la reina Lucía.
Pero antes hay que pasar por siete puertas.
Ver siete mujeres blancas de vientres deshabitados
guardadas por un yacaré.
Hay que entregar la sombra al bicho del fondo.
Hay que armar gresca con la luna nueva.
Hay que beber tres gotas de sangre.
Bostezan los árboles somnolientos.
Ay que la noche se ha secado. El agua del río se ha roto.
Yo tengo que irme.
Me hundo sin rumbo en lo hondo del bosque
donde los viejos árboles grávidos dormitan.
De todas partes me llaman:
—¿Donde vas, Cobra Norato?
Tengo aquí tres arbolitos jóvenes esperándote.
—No puedo.
Hoy voy a dormir con la hija de la reina Lucía.
XXI
Esta es la entrada de la casa de la Boyuna.
Allí abajo hay un tremedal.
Unas arañas peludas están de guardia.
—Con humo de mucura se las amasa.
Me hundo en esta
gruta oscura.
El suelo hueco resuena.
Hay fosas con la
boca hinchada.
—¿A dónde irá a salir esto?
—Sale a la garganta del Antro.
—Sale a la garganta del Antro.
Allí adelante
por unas aguas embrujadas
está pasando una canoa cargada de esqueletos.
Ay, que el Abuelo-murciélago del mal agüero me ha visto.
Pues disimula, compadre,
que aquí hay un sitio oscuro donde escondemos.
En este agujero de observación
podemos ver a la novia de la Culebra Grande.
Compadre, he temblado del susto.
Se me ha cortado la respiración.
Sabes quién es la moza que está allí abajo...
desnudita como una flor?
—¡Es la hija de la reina Lucía!
—Corre de prisa
con ella
desnudita como está.
No pierdas tiempo, compadre.
El yacaré está en la boca del pozo.
Hazle una higa para atontarle.
La Culebra Grande se ha despertado.
—¡Los Cuatro
Vientos me ayuden!
Quiero fuerzas para huir.
La Culebra Grande viene-que-viene a cogerme.
Yo-te-cojo. Yo-te-cojo.
—La Sierra del
Ronquido se despeña,
corta el camino detrás de mí.
Yérganse tres muros de espino,
con humos de ouricuri.
—Tira ceniza para atrás para ganar distancia.
Yo-te-cojo.
Yo-te-cojo.
Tamacuaré, cuñado mío,
la Culebra Grande viene-que-viene.
Corre imitando mi rastro.
Haz como si fuera yo.
Entrega mi pixé en la casa del Payé-pato.
Tuerce de prisa el camino
que ya viene la Boyuna
como tormenta de piedra.
Viene aplastando bosque.
Uéh!
Ha pasado rompiendo el camino.
Los arbolitos se han quedado con el pescuezo torcido.
Los otros han rodado aplastados con las raíces bocarriba.
El horizonte se ha aplanado.
El viento corrió corrió
iba mordiéndose el rabo.
El Payé-pato, allí
adelante, le ha indicado el camino equivocado.
—¿Cobra Norato con
una moza?
lba para Belén. lba a casarse.
Culebra Grande salió echando chispas para Belén.
Le dio un escalofrío.
Entró por la alcantarilla de la Catedral
y se quedó con la cabeza desmayada debajo de los pies de
Nuestra Señora.
COBRA NORATO
I
Um dia
ainda eu hei de morar nas terras do Sem-fim.
Vou andando caminhando caminhando.
Me misturo no ventre do mato mordendo raízes.
Depois
faço puçanga de flor de tajá de lagoa
e mando chamar a Cobra Norato.
— Quero contar-te uma história.
Vamos passear naquelas ilhas decotadas?
Faz de conta que há luar.
A noite chega mansinho.
Estrelas conversam em voz baixa.
Brinco então de amarrar uma fita no pescoço
e estrangulo a cobra.
Agora sim
me enfio nessa pele de seda elástica
e saio a correr mundo.
Vou visitar a rainha Luzia.
Quero me casar com sua filha.
— Então você tem que apagar os olhos primeiro.
O sono escorregou nas pálpebras pesadas.
Um chão de lama rouba a força dos meus passos.
II
Começa agora a floresta cifrada.
A sombra escondeu as árvores
Sapos beiçudos espiam no escuro.
Aqui um pedaço de mato está de castigo.
Arvorezinhas acocoram-se no charco.
Um fio de água atrasada lambe a lama.
—Eu quero é vera filha da rainha Luiza!
Agora são os rios afogados
bebendo caminho.
A água vai chorando afundando afundando.
Lá adiante
a areia guardou os rastos da filha da rainha Luzia.
—Agora sim
vou ver a filha da rainha Luzia.
Mas antes tem que passar por sete portas.
Ver sete mulheres brancas de ventres despovoados
guardadas por um jacaré.
Tem que entregar a sombra para o bicho do fundo.
Tem que fazer mironga na lua nova.
Tem que beber três gotas de sangue.
—Ah só se for da filha da mãe da rainha Luzia!
A selva imensa está com insônia.
Bocejam árvores sonolentas.
Ai que a noite secou. A água do rio se quebrou.
Tenho que ir-me embora
Me sumo sem rumo no fundo do mato
onde as velhas árvores grávidas cochilam.
De todos os lados me chamam:
— Onde vais, Cobra Norato?
Tenho aqui três arvorezinhas jovens à tua espera.
— Não posso.
Eu hoje vou dormir com a filha da rainha Luzia.
XXI
Esta é a entrada da casa da Boiúna.
Lá embaixo há um tremedal.
Aranhas peludas estão de guarda.
— Com pixê de mucura elas amansam.
Me afundo nesta gruta escura.
O chão oco ressoa.
Há fossas de boca inchada.
— Por onde será que isto sai?
— Sai na goela da Panela.
Ai o medo já me comicha a barriga.
Lá adiante
num estirão mal-assombrado
vai passando uma canoa carregada de esqueletos.
Ai que o Avô-morcego de mau agoiro me viu.
Então disfarce, compadre,
que aqui tem um escuro grande de se esconder.
Neste buraco de espia
pode-se ver a noiva da Cobra Grande.
Compadre, eu tremi de susto.
Parou a respiração.
Sabe quem é a moça que está lá embaixo ...
nuinha como uma flor?
— É a filha da rainha Luzia!
— Então corra com ela depressa
nuinha assim como está.
Não perca tempo, compadre
Jacaré já está na boca do poço.
Faça mandinga de atrapalhar.
Cobra Grande se acordou.
—Ai Quatro Ventos me ajudem!
Quero forças para fugir.
Cobra Grande vem-que-vem-vindo pra me pegar.
Já-te-pego. Já-te-pego.
— Serra do Ronca rola abaixo
tapa o caminho atrás de mim.
Ergam três muros de espinho
fumaças de ouricuri.
— Atira cinza pra trás para pegar distância.
Já-te-pego. Já-te-pego.
Tamaquaré, meu cunhado,
Cobra Grande vem-que-vem.
Corra imitando o meu rasto.
Faz de contas que sou eu.
Entrega o meu pixê na casa do Pajé-pato.
Torça caminho depressa
Que a Boiúna vem lá atrás
Como um trovejão de pedra.
Vem amassando mato.
Uei!
Passou rasgando mato.
Arvorezinhas ficaram de pescoço torcido.
As outras rolaram esmagadas de raiz para cima.
O horizonte ficou chato.
Vento correu correu
mordendo a ponta do rabo.
Pajé-pato lá adiante ensinou caminho errado:
— Cobra Norato com uma moça?
Foi pra Belém. Foi se casar.
Cobra Grande esturrou direito pra Belém.
Deu um estremeção.
Entrou no cano da Sé
e ficou com a cabeça enfiada debaixo dos pés de Nossa
Senhora.
Traducción: Ángel Crespo
Traducción: Ángel Crespo
Tomado de http://www.antoniomiranda.com.br
jueves, 24 de enero de 2019
Broadway
Ronald de Carvalho
A Mario de Andrade
Chato,
pardo-ceniciento, el suelo
fluctúa
lento y muelle,
el
suelo escurre vagaroso,
se
contrae en bloques súbitos,
estírase
en flechas largas, trepidantes,
dispara
de repente, en surcos elásticos,
gira,
rueda,
turbillona
y hierve en un vapor sutil
de
líneas y movimientos.
¡Aquel
suelo acarrea todas
las
imaginaciones del mundo!
Aquel
suelo carga
isbas
de Ucrania,
viñedos
de Burdeos,
parques
del Támesis,
bateles
del Volga,
ámbar,
corales, madreperlas de las Antillas,
guano
de Mollendo,
cañaverales
de Cuba,
juncos
de Shangai,
cafetales
de Riberón Prieto,
cuernos
de la Pampa,
hornos
de Essen, hornos de Newcastle,
óleos
de Tampico,
salitres
de Iquique,
barbatanas
de Tierra-Nueva,
mares
cuajados de hierros y maderas,
tierras
gordas,
islas
con batuques, tan-tanes
y
hamacas perezosas,
de
óxidos y cristales,
ríos
donde bogan plantas, troncos,
serpientes
y tortugas;
florestas
de plumas, ramos y follajes,
playas,
canales, manglares,
luces
del trópico, luces del polo,
desiertos,
civilizaciones...
Aquel
suelo es un paisaje en marcha.
Suelo
que mezcla las polvaredas del Universo
y
donde se confunden
todos
los ritmos del paso humano.
¡Suelo
épico, suelo lírico, planta idealista,
suelo
indiferente de Broadway
largo,
chato, práctico y simple
como
este roof liso, suspenso en el aire,
este
roof donde un saxofón
derrama
un torpor tibio
de
senzala debajo del Sol.
New York, 1923
BROADWAY
A Mario de Andrade
Chato,
pardo-cinzento, o chão lento, mole,
o
chao escorre vagaroso,
contrae-se
em blocos súbitos,
estírase
em flechas longas, trepidantes,
dispara,
de repente, em riscos elásticos,
gira,
rodopia,
turbilhona
e ferve num vapor sutil de linhas e movimentos.
Aquele
chão todas as imaginaçoes do mundo!
Aquele
chão carrega
isbas
da Ucrania,
vinhas
de Bordeus,
parques
do Tamisa,
saveiros
do Volga,
ámbar,
corais, madreporas das Antilhas,
guano
de Mollendo,
canaviais
de Cuba,
juncos
de Xangai,
cafèzais
de Ribeirio Preto,
chifres
do Pampa,
fornos
de Essen, fornos de Newcastle,
óleos
de Tampico,
salitres
de Iquique,
barbatanas
de Terra-Nova,
mares
coalhados de ferros e madeiras,
terras
gordas,
ilhas
com batuques, tan-tans e redes molinhosas,
montanhas
verdes, montanhas de óxidos e cristais,
rios
onde boiam troncos, plantas, cobras e tartarugas,
florestas
de plumas, penas e folhagens,
praias,
canais, mangues,
luzes
do tópico, luzes do polo,
desertos,
civilizaçoes...
Aquele chão e uma paisagem em marcha.
Chao
que mistura as poeiras do Universo
e
onde se confundem todos os ritmos do passo humano!
Chao
épico, chão lirico, chao idealista,
chão indiferente de Broadway,
largo,
chato, prático e simples como este roof liso, suspenso no ar,
este roof, onde um saxofone derrama um morno torpor
de senzala debaixo do sol.
este roof, onde um saxofone derrama um morno torpor
de senzala debaixo do sol.
Traducción de Francisco Villaespesa
Ronald de Carvalho: Toda a América, Biblioteca brasileña. Los poetas, Editora hispano-brasileña, S. Pablo-Río, 1935, pp. 24-26.
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