domingo, 28 de diciembre de 2025

Los caballos del tiempo

 

Jules Supervielle


Cuando a mi puerta llegaron los caballos del Tiempo

y ante ella se detienen, al mirarlos beber

vacilo, y me sacude vago estremecimiento,

puesto que ellos aplacan con mi sangre su sed.

Agradecidos, vuelven a mi rostro sus ojos,

y ante sus alargadas facciones, mi inquietud

es más honda; y me quedo desfallecido y solo,

y siento que me invade tan honda laxitud,

que evanescente noche mis pupilas inunda

y mis perdidas fuerzas tengo que reponer,

que así, al volver la errante pareja sitibunda,

podrá encontrarme aún vivo y en mí calmar su sed.

 

Les chevaux du temps 

 

Quand les chevaux du Temps s’arretent a ma porte

J’hésite un peu toujonrs a les regarder boire

Fuisque c’est de mon sang qu’ils étanchent leur soif.

lis tournent vers ma face un oeil reconnaissant

Fendant que leurs longs traits m’emplissent de faiblesse

Et me laissent si las, si seul et décevant

Qu’une nuit passagere envahit mes paupieres

Et qu’il me faut soudain refaire en moi des forces

Four qu’un jour ou viendrait l’attelage assoifé

Je puisse encore vivre et les désaltérer.


Traducción: Max Henríquez Ureña 

 

Social, febrero-marzo 1936, p. 18. 


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