jueves, 30 de mayo de 2024

En la muerte de Rubén Darío

 


 

Rufino Blanco Fombona

 

 Mirad cómo un hombre de raza apolínea,

 ebrio de canto y sol,

 recoge la ofrenda, fragante y virgínea,

 del viejo solar español.

 

 Del viejo solar donde el árbol de vida

 reverdece a futuros de amor,

 y oculta en la copa garrida

 la pluma de la oropéndola y el nido del ruiseñor.

 

 Cuando el apolonida recoge el haz superno,

 el haz florido de emoción,

 como si en cada brizna palpitase un fraterno

 y dolorido corazón;

 

 el árbol solariego todo es aleo, cántico,

 miserere, querellas,

 porque murió el divino poeta trasatlántico,

 Rubén Darío, espigador de estrellas.



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