William Shakespeare
¡Pobre Alma mía! de mi barro centro,
del Tentador que te vistió burlada
¿por qué te afliges de escasez adentro
para ornar en tal lujo tu fachada?
Con tan breve alquiler ¿por qué tal gasto
haces en tu mansión que se derrumba?
gusanos la tendrán, será su pasto,
bien sabes que tu cuerpo va a la tumba.
¡Ay, Alma! él es tu siervo, su ruina
tu ganancia ha de ser. La pasajera
sombra da en precio de la luz divina;
sáciate adentro, sé muy pobre afuera
y a quien nos come comerás, de suerte
que acabará el morir, muerta la Muerte.
Traducción de Gabriel de Zéndegui
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