Adélia Prado
Un día vi de cerca un navío.
Lo miré mucho tiempo
con la misma gula sin prisa con que miro a Jonathan:
las uñas primero, los dedos, sus nudillos.
Yo amaba el navío.
Oh, dije. Qué cosa es un navío.
Se balanceaba muy levemente
como se mueven los seductores.
Me volví hacia los que me rodeaban:
mira, mira el navío
y me dispuse a hablar de lo que no sabía
con tal de llegar
adonde lo que no tiene pies
camina sobre la masa de las aguas.
Una noche de esas, ante de acostarme
vi -como vi el navío- un sentimiento.
Atrapada en interjecciones, mutismos,
supremos vocativos balbuceé:
Oh Tú, Oh Usted
-la garganta adolorida de llorar-.
Me ocurrió que en la oscuridad de la noche
estaba poetizada,
un deseo supremo me poseía.
Oh Misericordia, dije
y puse mi boca en el chorro de aquel pecho.
Oh amor, y me dejé acariciar,
la visión desvaneciéndose,
lúcida, ilógica,
verdadera como un navío.
O pelicano
Um dia vi um
navio de perto.
Por muito
tempo olhei-o
com a mesma
gula sem pressa com que olho
Jonathan:
primeiro as
unhas, os dedos, seus nós.
Eu amava o
navio.
Oh! eu dizia.
Ah, que coisa é um navio!
Ele balançava
de leve
como os
sedutores meneiam.
À volta de mim
busquei pessoas:
olha, olha o
navio
e dispus-me a
falar do que não sabia
para que enfim
tocasse
no onde o que
não tem pés
caminha sobre
a massa das águas.
Uma noite
dessas, antes de me deitar
vi - como vi o
navio - um sentimento.
Travada de
interjeições, mutismos,
vocativos
supremos balbuciei:
Ó Tu! e Ó Vós!
- a garganta
doendo por chorar.
Me ocorreu que
na escuridão da noite
eu estava
poetizada,
um desejo
supremo me queria.
Ó
Misericórdia, eu disse
e pus minha
boca no jorro daquele peito.
Ó amor, e me
deixei afagar,
a visão
esmaecendo-se,
lúcida,
ilógica,
verdadeira como um navio.
Versión: Pedro Marqués de Armas
No hay comentarios:
Publicar un comentario