lunes, 27 de junio de 2022

El pelícano

 

Adélia Prado

 

Un día vi de cerca un navío.

Lo miré mucho tiempo

con la misma gula sin prisa con que miro a Jonathan:

las uñas primero, los dedos, sus nudillos.

Yo amaba el navío.

Oh, dije. Qué cosa es un navío.

Se balanceaba muy levemente

como se mueven los seductores.

Me volví hacia los que me rodeaban:

mira, mira el navío

y me dispuse a hablar de lo que no sabía

con tal de llegar

adonde lo que no tiene pies

camina sobre la masa de las aguas.

Una noche de esas, ante de acostarme

vi -como vi el navío- un sentimiento.

Atrapada en interjecciones, mutismos,

supremos vocativos balbuceé:

Oh Tú, Oh Usted

-la garganta adolorida de llorar-.

Me ocurrió que en la oscuridad de la noche

estaba poetizada,

un deseo supremo me poseía.

Oh Misericordia, dije

y puse mi boca en el chorro de aquel pecho.

Oh amor, y me dejé acariciar,

la visión desvaneciéndose,

lúcida, ilógica,

verdadera como un navío.

 

 

O pelicano

 

Um dia vi um navio de perto.

Por muito tempo olhei-o

com a mesma gula sem pressa com que olho

Jonathan:

primeiro as unhas, os dedos, seus nós.

Eu amava o navio.

Oh! eu dizia. Ah, que coisa é um navio!

Ele balançava de leve

como os sedutores meneiam.

À volta de mim busquei pessoas:

olha, olha o navio

e dispus-me a falar do que não sabia

para que enfim tocasse

no onde o que não tem pés

caminha sobre a massa das águas.

Uma noite dessas, antes de me deitar

vi - como vi o navio - um sentimento.

Travada de interjeições, mutismos,

vocativos supremos balbuciei:

Ó Tu! e Ó Vós!

- a garganta doendo por chorar.

Me ocorreu que na escuridão da noite

eu estava poetizada,

um desejo supremo me queria.

Ó Misericórdia, eu disse

e pus minha boca no jorro daquele peito.

Ó amor, e me deixei afagar,

a visão esmaecendo-se,

lúcida, ilógica,

verdadeira como um navio.

 

 

Versión: Pedro Marqués de Armas


No hay comentarios:

Publicar un comentario