Como una oscuridad que hacia la noche
Se oculta, el cuerpo desapareció
En la cueva diurna de los ornamentos,
Y el puñal del que lamer su punta
Enfundado de pliegues como un gato
En una transacción de falso sueño.
Entre mamparas, espejos, pulseras, cepillos
Y fuegos en agonía ni siquiera una flor
Pero de la flor más extraña la fuerza arcana
Hela aquí: todo lo sombrea y reconduce
Donde tiene luz la noche
En el círculo de la nocturna
Emanación, Norte fijo,
Mira cuántos sumisos cuantos perdidos
Cuántos extorsionados por su abismo;
El nicho vacío, húmedo de huellas
De ilimitadas armas, de telones de fondo
Oscura escena, los barrotes lima
De la moderación con su evadirse,
Mientras les llama por los conductos
De seda azul y blanca a su noche.
(1) Estaba en la colección Thyssen de Vila Favorita en
Lugano. Ahora se encuentra en el Prado. (Nota del autor.)
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