León de Greiff
A Germán Arciniegas
En
mi rincón le insuflo a mi fagote
vientos de libre poesía.
Vale, vale la pena:
(como no brinquen multitudes en algarabía
–bárbara tribu diapreada de achiote–
y aunque no salten soledades de Góngora y Argote...):
¡surta clara,
serena,
sincronizada, esbelta Arquitectura,
Música pura,
libre Poesía!
En mi
rincón le insuflo a mi fagote
vientos de libre poesía!
Vale la pena,
vale:
y así chillen don Pánfilo, don Zote,
doña Carraca, doña Chirimía:
¡toda la trinca! ¡todo el cotarro! ¡el zafio lote!
¡como apruebe la Onfale
cuya rueca devano, Esfinge Obscura,
sóla Aventura,
mía Fantasía!
En mi
rincón le insuflo a mi fagote
vientos de libre poesía.
Vale, vale la
brega:
¿muy ronco el timbre para el flébil estrambote
de mi Balada? ¿muy áspera la voz? ¿la melodía
muy tosca? ¿a los oídos es azote
mi trova nocharniega?
¡no me importe!: si ríspida y si dura,
de ésa sólo se cura
la Musa mía!
En mi
rincón le insuflo a mi fagote
–don Pánfilo, don Péndolo, don Zote,
doña Carraca, doña Chirimía–
vientos de libre y pura y de díscola y recia poesía.
Netupiromba
3. X . 1931
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