Pedro Marqués de Armas
Fue en un filme llamado Revolución (creo), rodado en 1959, que vi con toda claridad y enorme sorpresa, la cámara avanzando si mal no recuerdo en ángulo, toma brevísima: la esquina de Amargura y Aguiar.
Cine Cervantes, circa 1971, sólo retengo otra imagen pero en este caso brumosa: la de unos rebeldes que preparan, en botellas de leche, sus cócteles incendiarios.
Si lo viera otra vez,
sería no más para ver aquella esquina, la cámara rozando la capilla (aún no
derruida) del convento de San Agustín y abalanzándose sobre el edificio de
escuetos balcones de la Compañía Tres Rosas.
Paisaje en otro tiempo
diario (¿cómo probarlo?), ahora esa calle (con más exactitud, esa esquina) es
el recuerdo del recuerdo de un filme, fundido en un solo y vago pasaje.
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