Virgilio Piñera
Con dos o tres elegancias,
de la moda encantadoras
elegancias,
-un drapeado por aquí, un
pliegue por allá-
se harán las piruetas
necesarias
para escapar a las trampas
mortales.
El aire que circula es
divino,
la tarde cae blandamente
como el plumón de un cisne,
un helado, huérfano de la
boca ávida,
se derrite con su caramelo
en la copa.
¡Cuídate! Esquiva con el
drapeado y el pliegue
esa mesa en que el helado
se derrite,
también sobre ella está el
final de tu vida,
mas con dos o tres
elegancias puedes escapar:
¡Escapa! Desoye esos
violines quejumbrosos,
ellos te arrastrarían a
los antros,
haz de modo que las
elegancias los aniquilen,
los disequen abandonándolos
a la entrada de un museo.
Con dos o tres elegancias,
óyelo bien, con dos o
tres...
esquivarás a los que
visten túnicas de plomo,
a los que todo lo ven,
menos las elegancias,
a los que se confunden con
la noche,
a los que desoyen los
dictados de la moda,
de la moda, por supuesto,
peligrosa,
ésa que se compone de dos
o tres elegancias
para escapar a las trampas
mortales.
14/agosto/72
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