Con la mirada, sin duda
inteligente, con que se asomó al mundo, y a partir de las lecturas precoces de
infancia y adolescencia que habrían de echar las bases de una sólida formación
intelectual, se fue haciendo heredero de una tradición y unos saberes que eran
naturalmente blancos y europeos. Si la cultura consiste no tanto en un volumen
de información cuanto en una bien organizada estantería mental donde almacenar
lo aprendido para que germine y dé fruto, Baquero fue adquiriendo temprano una
cultura orgánica que es también un modo de integrar un continuo aprendizaje y
sacarle reluciente provecho. Los referentes de esa cultura —el orden
epistemológico que la amparaba— eran congruentemente occidentales, es decir,
blancos, apenas rozados por las «tradiciones» de la otra raza que en Cuba no
trascendían el folclore de los cultos animistas, amén de algunas
representaciones en la pintura, en la música y en la poesía.
Vicente Echerri
Ensayo completo: Aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario