domingo, 16 de septiembre de 2018

¡Viva Karamazov!




Peter Viereck 

                              “….Y todos los muchachos gritaron: 
                                                             ¡Viva Karamazov!"
                                                                       Dostoiewsky


-¡Nada de eso! -gritó el río Ohio-. Quedan prohibidas las rosas y los ruiseñores a cualquier poeta que beba de nuestras aguas, tuyas o mías. ¡Oh esos crujientes ruiseñores del movimiento Reumático! Hoy día, Longfellow resulta un tipo de pocos vuelos. Es mejor un vivir extravertido que una lira muerta.
-Naturalmente -dijo el East River-. Es mejor una zumbadora dínamo que todos los disecados colibríes de aquel estúpido siglo. ¡Abajo las rosas! Pero ¿qué decir acerca de los tulipanes, los altos, orgullosos, clásicos y no olorosos tulipanes? ¡Es divertido! No sé por qué, pero me gustan.
-Pues a mí me gustan las ruedas, las tuyas y las mías. Esto es lo que me gusta -gritó el río Ohio-. Me gustan las ruedas que hacen chu-chu, chung-chung, dingdong; machacando, sí, los norteamericanos latidos de mi corazón: zum, zum, zum; todas esas estridentes y rechinantes mee-mee mecanizadas ruedas. Nosotros escogemos. ¡Jack Armstrong será rey! Yo no tengo nada contra un poeta, siempre que sea ver-da-de-ro, ¡Toma! Algunos de mis mejores amigos...
-Para él mis colinas de acero no serán más empinadas que lo que fue el Helicón -susurró el East River.
-¡Dios bendiga al equipo nacional! -gritó el río Ohio-. Perdicaris vivo o Raisuli muerto. Cincuenta y cuatro-cuarenta o el blanco de sus ojos. -Él espera -susurró el East River-. Su amor es tan grande que incluirá a nuestras ruedas. Él espera. Se burlará de las rosas. Reinvidicará a Nueva York y hará innecesarios a los ruiseñores. El espera nacer.
-Pollyanna desea una galletica -gritó el río Ohio-. Galletica, galletica; yo quiero una galletica de artificio. Quédate por aquí y admírame. Todas mis navajas de afeitar eléctricas Schick y Remington acaban de crear otra cabeza. ¿Qué tuvieron Cancerbero o la Hidra que yo...?
 -Tus minas más oscuras -susurró el East River- cantarán en su honor y los tulipanes de su voz serán blancos. Pero tus ricos alimentos cereales se avergonzarán de crujir ante su presencia; en su hora de jactancioso holgorio en el banquete de desayuno, como Belsasar serán golpeados, sí, hasta aquellos cuya clamorosa fragilidad sobrepasó las de John Altgeld y Dostoiewsky. Rechinar de dientes en la batalla de Creek, Philistigan: el pueblo de Israel se liberó de la esclavitud de la fingida robustez (Walt Whitman el Faraón que se ahogó en el Mar de Tinta Roja). Hollywood, horrorizado por la caída de la casa de los ujieres... Sí, sí, hay bálsamo en Gilead.
-¡Oh hija mía! ¡Oh ducados míos! -gritó el río Ohio-. Recuerda el Maine, recuerda la Pensión para Alimentos.
-Síntesis -susurró el East River-. Ruedas más tulipanes. Tulipanes manchados de hollín, supongo. Tulipanes sobre ruedas: su arma secreta: siempre para luchar contigo, Norteamérica, siempre para amarte. Ambas clases de redención valen para ti y para mí... ¿Abrirás esta noche las ventanas de tus ciudades a una nueva estrella gemela?
-Entonces, tres vítores por la síntesis -gritó el río Ohio, aceptando por fin-¡Dios bendiga ambas clases de Norteamérica! Y siempre así, siempre dándonos las manos. Viva Karamazov! ¡Dios bendiga a Nueva York!



 HURRAH FOR KARAMAZOV!

                                                        “...and the boys all cried: 
                                                     "Hurrab for Karamazov!"
                                                                            Dostoiewsky

"None of that!" Shouted the Ohio River. "No more roses and nightingales permitted to any poet who drinks our waters, yours or mine. Those creaking nightingales of the Rheumatic movementl Longfellow reads like a pretty short fellow nowadays. Better a live extravert than a dead lyre:"
"Of course;" whispered the East River. “Better one humming dynamo than all the stuffed hummingbirds of that stupid century. Out with the roses. But how about tulips, the tall proud classical unscented tulips? I'm funny that way; l do cling to them somehow:"
"But l cling to wheels, both yours and mine; that's what l cling to," shouted the Ohio. "Choo-choo wheels, chug chug wheels, ding-dong wheels; pounding-yes, my American heart-beats, thump, thump, thump; all those clankety-clank mech-mech-mechanized wheels, Choose we; Jack Armstrong shall be king! Not that l've anything against a poet so long as he's gen-u-ine; why, some of my best friends-"
"For him my hllis of steel will be no steeper than was the Helicon," whispered the East River.
"God bless the home team;" shouted the Ohio. "Perdicaris alive or Raisuli dead, Fifty-four forty or the whites of their eyes:"
"He is waiting," whispered the East River. "His love is so will satirize roses. He will justify New York and make the nightingales unnecessary. He is waiting to be born."
"Pollyanna wants a cracker," shouted the Ohio. "Cracker, cracker, l want a gadget-cracker, Stand round and admire me; all my Schick and Remington electric razors have just grown another head. What's Cerberus or Hydra got that l -"
"Your darkest coal mines," whispered the East River, "will sing in his honor, and the tulips of their voices will be white. But your health-food cereals will be ashamed to crackle in his presente; in their hour of boastful carousal at the breakfast banquet, like Belshazzar they will be stricken, yea even they whose loud crispness outshouted John Atgeld and Dostoyevsky. Gnashing of teeth in Battle Creek, Philistigan: the people of lsrafel delivered from the bondage of fake robusiness (Walt Whitman the Phaory drowned in the Red lnk sea). Hollywood aghast al the fall of the house of ushers - yes, yes, there is balm in Gilead:"
“O my daughter, O my ducats," shouted the Ohio. "Remember the Maine, remember the Alimony."
"Synthesis," whispered the East River. “Wheels plus tulips. Tulips smudged with soot, l suppose. Tulips on wheels: his secret weapon always: lo fight you, América, always to love you. Both kinds of redemption for both of us - will you open the windows of your cities to a new twin-star tonight?
Then it's three cheers for synthesis," shouted the Ohio, accepting al last. “God bless both kinds of America. And always so, all our lives hand in hand. Hurrab for Karamazov! God bless New York."


 Traducción Agustí Bartra


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