Muriel Rukeyser
Si imaginamos músicos con rostros
de trompeta;
tocando el imposible, inimitable
jazz,
ningún arte puede acusar ni el
cañoneo herir,
ni, saliendo de nuestros sueños de
dirigibles,
volver a ver al tullido sin tino
lanzando sus muletas de repente,
mientras los faroles golpean la
desgarrada calle,
mientras los tres martilladores
van, Uno, Dos, Tres, juntos
en el martinete de fragua,
y ningún signo de nuevos mundos
aquieta el corazón.
Entonces, oh contempla el
lago del poniente
hervir en el oeste, enrollar y cubrir
los latidos del corazón, y cómo
sigue así,
mar tras mar, a la zaga de
insoportables soles,
Piensa: la poesía reveló este
paisaje:
Blake, Donne, Keats ...
Homage
to literature
When you
imagine trumpet-faced musicians
blowing
again inimitable jazz
no art
can accuse nor cannonadings burt,
or
coming out of your dreams of dirigibles
again
see the unreasonable cripple
throwing his crutch headlong as the headlights
streak
down the torn street, as the three hammerers
go One,
Two, Three on the stake, triphammer poundings
and not
a sign of new worlds to still the heart;
then stare into the lake of sunset as it runs
boiling,
over the west past all control
rolling and
swamps the heartbeat and repeats
sea
beyond sea after unbearable suns;
think: poems fixed this landscape: Blake, Donne, Keats.
Traducción
Agusti Bartra
Antología de la poesía norteamericana, México, 1959.
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