Vachel Lindsay
Todos los días hay quien les arroje piedras,
quien les eche puñados de cal y de ceniza,
quien haga zanganadas para vengarse de ellas.
A nadie se le ocurre arrojar la amargura
de una pedrada aleve y burlona a la iglesia.
Las ventanas de las fábricas siempre están rotas.
Algo sucede acaso que tal vez no convenga.
Las ventanas de las fábricas siempre están rotas.
Los otros edificios tienen ventanas buenas.
Algo hiede a podrido... creo que en Dinamarca.
Y aquí termina el canto para quien lo comprenda.
Traducción Hipólito Mattonell
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