Vladimír Holan
Rembrandt lo intuía… Y él sabía
que la pared estallada, la uva agrietada, la mujer-mujer,
que aquí no son abismos,
no pueden ser señales.
Rembrandt lo sabía… Y él sentía
qué pasaba para que la comida más simple
servida en la fuente más cara
se diera siempre unida al ideal
sobre los brillos de la mosca mortuoria.
Rembrandt lo intuía… Y él sabía
que las almas están entre ellas y sí mismas,
que por lo tanto puede que entre sí no escapen,
pero que el genio es el presente perpetuo…
Traducción Clara Janés
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