Umberto Saba
¿Existía aquel mundo al que regreso
en sueños, que en sueños aún me sacude?
Ciertamente existía. Eran parte de él
mi madre y un mirlo.
Apenas si los veo. Pero resalta el negro
y el amarillo de quien contento me saludaba
con su canto (tal era mi pensamiento)
que yo oía desde la calle. Mi madre
sentada, cansada, en la cocina. Cortaba
para él solo (tal era su pensamiento)
la carne de mi cena. Ninguna
visión o rumor lo excitaba tanto.
Entre un muchacho enjaulado y un insectívoro,
que robaba los gusanos de su mano,
en aquella casa, en aquel mundo lejano,
había un amor. Como también un equívoco.
Merlo
Esisteva quel mondo al quale in sogno
ritorno ancora; che in sogno mi scuote?
certo
esisteva. En’erano parte
mia madre e un
merlo.
Li vedo
appena. Piú risalta il nero
e il giallo di
chi lieto salutava
col suo canto
(era questo il mio pensiero)
me, che
l’udivo dalla via. Mia madre
sedeva,
stanca, in cucina. Tritava
a lui solo
(era questo il suo pensiero)
e alla mia cena la carne. Nessuna
vista o rumore
cosí lo eccitava.
Tra un fanciullo ingabbiato e un insettivoro,
che i vermetti carpiva alla sua mano,
in quella casa, in quel mondo lantano,
c’era un amore. C’era anche un equivoco.
Trad. Pedro Marqués de Armas
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