sábado, 23 de octubre de 2021

La tumba de Edgar Allan Poe

 

Stéphane Mallarmé


El poeta en Él mismo al fin cual lo convierte

la eternidad, suscita con una espada armado

a su siglo que tiembla por haber ignorado

en esta voz extraña el triunfo de la muerte.

De la Hidra el escándalo antiguo, de que acierte

a dar lengua más pura el ángel al poblado,

vil proclamó por ellos a gritos el pecado

que un brebaje sombrío al sortilegio vierte.

Si nuestra idea hostil a la nube y al suelo

con ambos en la tumba de Poe no esculpe, oh, duelo,

y en un bajorrelieve guirnaldas no coloca,

granito aquí clavado por un desastre obscuro,

de la Blasfemia al menos que un límite esta roca

marque a los vuelos negros sueltos en el futuro.



Traducción: Jorge Cuesta



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