Henri Michaux
Un sapo vale por dos avispas.
Algunas avispas, no obstante, son más grandes
que las de Europa. Su vuelo es rápido, centellante. Matan a los gorriones en
pleno vuelo. Cuando se posan, están al abrigo; pero ellas los acosan hasta que
emprenden de nuevo el vuelo.
Vuelan por encima y los pican en
el vientre. El dardo larguísimo les atraviesa los finos pulmones sin doblarse. Los
chirridos penetrantes, tan peculiares, que oímos a veces y que nos arrojan a la
ventana, son los gritos de algún ave dolorosamente herida. Más tarde cae,
hinchada en extremo, y hasta que sobreviene la muerte, ya apenas se mueve.
El veneno de la avispa se usa
en la magia negra. El veneno del sapo es superior aunque más frío. Mézclase mejor
a los alimentos; asegura la maldición que parece casi obedecer.
Traducción de Roger Ferrán.
Orígenes, invierno 1946.
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