Giuseppe Ungaretti
En mi casa, en Egipto, tras
la cena,
después de rezar el
rosario,
mi madre nos hablaba de
estos lugares.
Mi infancia fue toda esa
maravilla.
La ciudad tiene un tráfico
temeroso y fanático.
Entre sus paredes sólo se
está de paso.
Aquí la meta es partir.
Me siento al fresco en la
puerta de la hostería
con gente que habla de
California como de sus granjas.
Con terror me descubro en
sus modales.
Siento correr cálida por
las venas
la sangre de mis muertos.
También yo tomo una azada.
En los muslos humeantes de
la tierra me sorprendo riendo.
Adiós deseos, nostalgias.
Del pasado y del porvenir
sé cuanto un hombre puede saber.
No me queda nada por profanar,
nada por soñar.
Conozco ya mi destino, y mi
origen.
No me queda más que
resignarme a morir.
Criaré, pues, tranquilamente
a mi prole.
Todo lo he gozado, y
sufrido.
Cuando un apetito maligno
me lanzaba
en amores mortales, agradecía
la vida.
Ahora que, también yo, considero el amor
como una garantía de la
especie,
tengo en vista la muerte.
Lucca
A casa mia, in Egitto, dopo cena, recitato il rosario,
mia madre
ci parlava di questi posti.
La mia infanzia ne fu tutta meravigliata.
La città ha un traffico timorato e fanatico.
In queste mura non ci si sta che di passaggio.
Qui la meta è partire.
Mi sono seduto al fresco sulla porta dell'osteria con
della gente
che mi parla di California come d'un suo podere.
Mi scopro con terrore nei connotati di queste persone.
Ora lo sento scorrere caldo nelle mie vene, il sangue dei
miei morti.
Ho preso anch'io una zappa.
Nelle cosce fumanti della terra mi scopro a ridere.
Addio desideri, nostalgie.
So di passato e d'avvenire quanto un uomo può saperne.
Conosco ormai il mio destino, e la mia origine.
Non mi rimane che rassegnarmi a morire.
Alleverò dunque tranquillamente una prole.
Quando un appetito maligno mi spingeva negli amori
mortali,
Lodavo la vita.
Ora che considero,
anch'io, l'amore come una garanzia della specie,
ho in vista la morte.
Versión: Pedro Marqués de Armas
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