lunes, 20 de octubre de 2014

Languidez de elefante





Arthur Cravan



Yo era grande, ¡querido Mississipi!
Por desprecio de poetas, gasterópodo amargo,
me iba, pero ¡qué amor en las estaciones y qué deporte en el mar!
¡Récord! Tenía seis años (¡aurora de tripa y frescor de pipí!)
Y esta mañana a las diez y diez el rápido
que flotaba sobre los raíles se cruzaba con trenes límpidos
y me lanzaba al aire, zambullida en tobogán.
Era el cien por hora y a pesar del rumor,
el encanto de los periódicos embriagaba a los fumadores,
y aunque el convoy fuera así lanzado,
arrastrando, imantando albatros y palomas,
a esta marcha loca el expreso me había acunado.
Mis ideas se doraban, los trigos estaban magníficos,
Los herbívoros pacían en el verde golfo de los prados.
Estaba loco de ser boxeador y sonreír a la yerba.





domingo, 19 de octubre de 2014

Roja botita perdida



Vasko Popa



Mi tatarabuela Sultana Urošević
Navegaba por el cielo en una tina de madera
Y cazaba nubes lluviosas

Con el lobuno y demás ungüentos
Hacía otros muchos milagros
Pequeños y grandes

Después de su muerte
Seguía entrometiéndose
En los asuntos de los vivos

La desenterraron
Para enseñarle a comportarse
Y enterrarla mejor

Ella yacía con las mejillas sonrosadas
En su caja de roble

Solo en un pie llevaba
Una botita roja
Con huellas de lodo frescas

La otra botita perdida
La buscaré hasta el final de mi vida 





Tradución de Dubravka Sužnjević


Autorretrato




María Villar Buceta


Carezco en absoluto de rasgos distintivos: ni una joroba hilarante, ni un miembro contrahecho me destaca de la abrumadora unanimidad del montón.

Visto siempre de blanco o de negro. Vivo como todo el mundo. Soy cortés y ceremoniosa con las mujeres. Y con los hombres. Y con los niños. Una desesperante regularidad rige mi vida. En política soy inevitablemente gubernamental. En las cuestiones internacionales me obstino en ser neutral. Jamás doy mi opinión a nadie: cuando no carezco de ella, la oculto avaramente.

Soy prudente hasta la cobardía. Me dejo atropellar …por comodidad. No utilizo el derecho de protesta. Vivo como anestesiada a todo sentimiento de rebeldía. Soporto con evangélica mansedumbre la charla de las comadres, los gritos de los chiquillos y las impertinencias de los tontos. Oigo con estúpida curiosidad todas las conversaciones. No me intereso por nada, pero me entero de todo, aunque nunca sé “hacerme cargo”…

Uniforme en mi actitud, soy inmune a todo proceso de evolución. El estoicismo es la piedra angular de mi carácter. Dijérase que estoy orgánicamente incapacitada para iniciarme y definirme en nuevas actitudes.

Mi edad es indefinible, como toda mi persona sin personalidad.

Ejemplar de una especie asexual, inclasificable, la suficiencia de los analistas estréllase ante mi amorfidad intelectual. Y piensa, sin querer, en El hombre mediocre, de Ingenieros. Y no se vuelve a acordar de mí, porque yo soy así: ¡el arquetipo del ente perfectamente vulgar!

Mas… he aquí que un buen día me doy cuenta de que vivo en las tinieblas y quiero salir de ellas, a toda costa. Un megalómano anhelo de “figurar” invade y turba la inacción de mis células cerebrales. En mi espíritu enfermo de oscuridad bulle la obsesión de una aurora que lo reivindique: ya no se resigna a ser un factor negativo en la sociedad. Y el ente-nulidad se convierte en el ente-iniciativa. Y organizo concursos literarios, y pronuncio conferencias, y me afilio a academias y ateneos. Y mando mi retrato a todos los periódicos y revistas, con el correspondiente autobombo. Los demás entes que andan por el mundo se agrupan en torno a este ente de talento excepcional, que es el “cerebro del día”. Llegaré a ser académica, o miembro de jurados de escultura. Se me verá, lento el paso, grave el rostro, con las manos cruzadas a la espalda: estaré resolviendo seguramente …la cuadratura del círculo. Acaso, al andar de Cronos, ingrese en la Sociedad Protectora de Animales. O me siente bajo la cúpula de los Inmortales.

Para entonces, ¡oh amigos!, ¡oh poetas!, si me encontráis al paso, descubríos. ¡Es la Villar-Buceta, superhembra, que pasa!



Pastelería



Mario Cesariny


Al final lo que importa no es la literatura
ni la crítica de arte ni la cámara oscura

Al final lo que importa no es el buen negocio
ni tener dinero y muchas de horas de ocio

Al final lo que importa no es ser nuevo y galante
-tiene él tantas maneras de montar un estante

Al final lo que importa es no tener miedo: 
cerrar los ojos frente al precipicio
y caer verticalmente en el vicio

¿No es verdad, chaval? Y mañana habrá fútbol
antes que cine madame blanche y parole

Que al final lo que importa no es que haya gente con hambre
porque así como así habrá muchos comiendo

Que al final lo que importa es no tener miedo
de llamar al gerente y gritarle delante de todos:
¡Gerente! ¡esta leche está agria!

Que al final lo que importa es llevar bien alto el cuello del abrigo,
al salir de la pastelería,
y allá afuera -ah, allá afuera- reírse de todo

Con la sonrisa admirable de quien sabe y gusta
enseñar los dientes blancos limpios y parejos




Versión de Pedro Marqués de Armas




miércoles, 15 de octubre de 2014

171196



Regis Bonvicino


1

Nunca viví en una calle llamada Vidrio. Una vez pateé adoquines. Cada día pasaba como en un espejo -de ecos. Teléfonos, hilos. Una vez paseé en barco en un lago. Nunca me vi en mi propio reflejo. Charlas, conversaciones -una sola figura y persona. Altoparlante mudo. También viví en un apartamento minúsculo. Me gusta el nombre de las calles de algunos amigos. Amherts, Milvia, Sirio. No tengo tiempo para nada. Se me cayó el cabello. Tal vez eso sea todo.

2

Mis antepasados vinieron de Italia. Sicilia. Nápoles. Venecia. Alessandro Bonvicino -Il Moretto. También de Pontevedra, en Galicia. Mis antepasados, maternos, vinieron de minas. Mi nombre: mi padre lo sacó de una tarjeta de visita.

3

Nunca pasé por una calle llamada Tijera. Un ciempiés se mueve, por atajos. Hormigas cayendo en el ojo. A Giuliano Della Casa, agua y pintura, le gustan los cuadros de Alessandro Bonvicino. Giuliano vive en Módena, via Sant'Agostino, 33. Pasé algunos años encerrado, aquí mismo, en un cuarto. Hay una calle llamada Tijera. Iñambú es el nombre de un pájaro. Me gusta tomar aspirinas e hipnóticos. Una onda de luz me abandona ahora -como a un fósforo, antes de partir. Hay un sol y una luna, al mismo tiempo, en el Boulevard Wilshire. Sabine Macher vive en el 7 bis rue de Paradis. Alguien vive en la Legion Dr. La llanta de la bicicleta no es un círculo. Hay una avenida llamada Precita. El cielo, ayer, estaba oblicuo.

4

Te veo más tarde. Al hijo de once años de David le gustan los sellos extraños. Alguien está haciendo una garage sale, en este momento. No sentí una queja sofocada en la docilidad de las flores, esta mañana. Tampoco vi un pájaro flaco, comiendo insectos, esta mañana. Alguien vive en Gumtree Terrace. El agua corre hacia el mar. La luna no se llena en un día. Hay una calle llamada Lepic. Hay otra, Lindero Nuevo Vedado. Aquella acera está sucia. Sweet William es el nombre de una flor. Los elefantes no confían en puntas de aguja.

5

Tal vez haya vivido en una calle llamada Sí dar. Hay una calle llamada Campeche. Rose y Andy viven con certeza en Cedar Street. Las manzanas no significan nada. Dicen que existe un sedante especial para babosas. Nadie explica ciertas expansiones del verde. Los árboles grandes no dan frutos, sólo sombra. Las secoyas y las conchas enloquecen a los hombres. Una mujer investiga, por teléfono. Hay una calle llamada Cedro. Cilicios consienten días y alambres.
Estatuas

                                            

                                        son parte




                                                                           del

 


                                                                                                         universo






Traducción Odile Cisneros




Tomado de Poemas [1990-2004], Alforja, A.C, 2006, pp. 55-57.