Anna Ajmátova
V.
Hace diecisiete meses que grito
LLamándote a casa.
Me he arrojado a los pies del verdugo,
Por ti, hijo mío, horror mío.
Todo ha perdido sus contornos,
Y ya soy incapaz de distinguir
A la fiera del hombre, al hombre de la fiera,
Ni sé cuánto falta para la ejecución.
Me encuentro sola, rodeada de flores
Polvorientas, del tintinear del incensario,
Y de las huellas que no conducen a ninguna parte.
Mientras me mira fijamente a los ojos
Anunciándome la próxima muerte,
Una estrella inmensa.
Traducción de José Manuel Prieto
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