domingo, 8 de marzo de 2015

Una cierva en el crepúsculo




D. H. Lawrence



En los pantanos
una cierva surgió del campo
y se perdió en la colina
abandonando a su cría. 

Desde la ladera
se dio vuelta a mirar: 
delgada mancha negra 
contra el cielo. 

La contemplé, sintiendo
que su mirada 
me volvía extraño. 
Pero tenía derecho
a estar allí con ella todavía. 

Su sombra ágil trotaba
a contraluz, echando atrás
la equilibrada y fina
cabeza. Y la reconocí. 

¿No pesa, masculina, cargada de astas, mi cabeza?
¿No son mis patas ligeras?
¿No corrimos juntos en el mismo viento?
¿Mi miedo, acaso, no cubrió su pavor?



Traducción de Juan José Saer



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