Luis Rosales
Como
el náufrago metódico que contase las olas
que
faltan para morir, y
las contase, y las volviese a contar,
para evitar errores, hasta la última,
para evitar errores, hasta la última,
hasta
aquella que tiene la estatura de un niño
y
le besa y le cubre la frente,
así
he vivido yo
con una vaga prudencia de caballo
de cartón en el baño,
sabiendo
que jamás me he equivocado en nada,
sino
en las cosas que yo más quería.
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