viernes, 3 de octubre de 2014

La gran Jeanne




Luciano Erba



La Gran Jeanne no hacía distinciones
entre ingleses y franceses
con tal que tuvieran las manos
como le gustaban a ella
viven en el puerto, su hermano
trabajaba conmigo
en 1943.
Cuando me vio en Lausana
donde yo discurría con traje estival
dijo que podía salvarla
y que su mundo estaba allí, en mis manos
y en mis dientes que habían comido liebre en la alta montaña

En el fondo
había querido la Gran Jeanne
convertirse en una señora de bien
tenía ya un sombrero
azul, ancho, y con tres vueltas de tul.





Poesía italiana del siglo XX; Javier Sologuren y Carlos Germán Belli, Universidad de Antioquía, 2006.




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